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Condenada Último Capítulo

ÚLTIMO CAPÍTULO

- Como le digo, si no sabe la causa de no poder respirar con facilidad, lo mejor es que se lleve algo que no tenga contraindicaciones de ningún tipo. Por si lo que tiene es algo tan sencillo como las mucosas secas, llevase agua marina. Pero si no funciona, y sigue notando dificultad a la hora de respirar; lo mejor es que tome cita para el otorrino. Pero tampoco se preocupe Carmen, porque en el peor de los casos, simplemente se trata de unos pólipos que obstruyen las fosas nasales, que se quitan y ya está. Así que usted se lleva agua de mar, se da baños nasales y ya me dirá cómo le va la semana que viene.
- De acuerdo. ¿Cuánto es?
- Ocho euros con setenta céntimos Doña Carmen.
- Hasta otro día señor Mauricio.
- Hasta luego Doña Carmen.

Se escuchó por última vez la campanilla que tocaba la puerta al abrir y cerrar. En la farmacia, quedó solo el farmacéutico y su mancebo. Recogieron y barrieron la tienda y Mauricio despidió a su ayudante. Son las dos del mediodía y hasta llegar a la casa tiene que gastar, de forma ineluctable, veinte minutos más de su escaso tiempo.
Justo delante de la puerta de su propia casa, se detiene. Una barahúnda de sentimientos saquean su cerebro y por unos segundos viaja por el tiempo y el espacio. Hace ya dos años que sacó a aquella señora, madre de dos niñas con síndrome de Down, de la cárcel. La contrató como empleada de hogar e hizo concesiones con su hija menor. Hace ya dos años de aquello. Sonríe ante la enjundia que lo tiene ensimismado y vuelve a la realidad, abriendo la puerta.

La casa de Mauricio es un pequeño palacete. La entrada, recuerda bastante a un baptisterio. El mármol es el protagonista en aquel recibidor que acoge varios frescos de vivos colores, antiguos bancos de madera vieja restaurada, y como cielo una enorme vidriera de principios de siglo XX. Varias puertas colindan con distintas estancias, y una central da al jardín donde guarda celosamente; bajo un templete, un enorme y elegante piano de cola. Pero, decidido, pasa por la puerta que tiene a su derecha y accede a un pequeño salón de unos cuarenta y siete metros cuadrados de parquet en madera natural.

La esposa lo espera para comer juntos. En el suelo, jugando con un castillo de grandes piezas de colores, se encuentra una niña de unos cinco años de edad. Se gira para verlo mejor y, levantándose se dirige a él. Mauricio la coge en brazos y la besa en la mejilla.

- Papá, papá. Tengo un degalito pada ti.
- ¡No me digas! ¿y eso?
- Poque hoy es el día de los papás.
- ¡ah, qué bien¡

La esposa lo mira con gesto tranquilo y casi angelical. La niña, corre hacia la mochila del colegio y extrae una cartulina. Se la entrega al emocionado padre dándole un resonante beso.
En la cartulina hay dibujados lo que parece un hombre con bata blanca, una mujer a su lado y justo debajo de ellos dos, un par de niñas sosteniendo un regalo. Debajo del todo, escrito en un español casi ininteligible decía; “Con todo nuestro cariño, porque te queremos, de tus niñas; Beatriz y Olga”

Mauricio mira a Lucía y, emocionados, se funden en un tierno abrazo seguido de un apasionado beso; que los hace despegar hacia un mundo de sentimientos y sensaciones…difíciles de explicar.

Fin

© Francisco González Bretones 5 de marzo 2009
El Arqueólogo
Peico06 de marzo de 2009

6 Comentarios

  • Peico

    Espero que os haya gustado. Gracias por seguirme hasta aqu?. Sois vosotros los que manteneis viva la literatura, por lo tanto sois los verdaderos protagonistas.

    Obviamente el cap?tulo final hubiera dado para mucho m?s, pero est? hecho a prop?sito de este modo. Me gustar?a, como ocurre en todos mis escritos, que se?is vosotros los que completen con vuestra imaginaci?n dicha historia. S?lo de esta forma, creo, existir? una verdadera intercomunicaci?n entre autor y lector.

    Un especial y efusivo abrazo a todos los que so?aron conmigo.

    06/03/09 01:03

  • Voltereta

    Buen texto y agradable su final.

    Un saludo.

    06/03/09 07:03

  • Mejorana

    Ahora entiendo por qu? me he quedado como colgada (algo se me escapaba) y he tenido que le?rmelo varias veces Peico.

    07/03/09 02:03

  • Nemo

    AL terminar de leerlo sent? que le faltaba... o que lo hab?as terminado muy r?pido... ya cuando le? tu comentario qued? satisfecho...
    Una historia muy bien contada y que nos arrastr? hasta ac?...
    Saludos Amigo!

    07/03/09 03:03

  • Peico

    Muchas gracias voltereta, mejorana y Nemo. Si vuestra fidelidad siempre me hizo sentir cada vez m?s responsable de lo que escrib?a, vuestros comentarios me han dado ese c?lido abrazo que todo autor agradece eternamente. Muchas gracias.

    Espero que os guste otros personajes, como m?nimo tanto como os gust? este.

    07/03/09 04:03

  • Danae

    Un final de pel?cula ... y por qu? no? bastantes sustos nos llevamos en la vida diaria ... y todo es posible, hasta los finales felices. La historia por otra parte est? bien contada ... Un abrazo, Peico, escribes muy bien.

    30/03/09 11:03

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