Epistola de un Hombre
Asecinado. 5
-Ayer te estube pensando, al amanecer me di cuenta del silencio, y tus ojos, y tu boca, y tu sexo hacian palidecer al cielo.
Es tan simple y tan vano escribir,
cuando se sabe que no se sabe nada.
Falta poco para darme cuenta de lo poco que vale mi miseria,
falta poco para asecinar a la pluma,
falta poco para dejar de soñar, falta casi nada.
Mis manos dejan de sentirte,
mis labios no te ven con ternura
y se acava lentamente la pasion que emanaba tu cintura.
Hace tanto tiempo que deje de esperar que fueras la luz que se cuela por debajo de la puerta;
sabes aqui no hay nada, nada, !nada¡
Se acavo la poesia, se esta como terminando, tambien la poesia acava.
!jodete¡ y despues llevame contigo, ademas no pasa nada.
Aqui, aqui... No pasa nada.