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Arte

Nací con demasiada sensibilidad como para no apreciar el arte. Y con demasiado equilibrio mental como para crearlo.

He intentado aprender a hacer casi de todo en mi afán de emocionar a otros como lo hacen conmigo Monet o Chopin. He pasado media vida echando de menos a mi ausente genio creador. Me he llegado a sentir francamente inútil, fracasada.

Se me escapaba que, aparte de talento y esfuerzo, el arte quizás es, sobre todo, temperamento. El que no tengo.

En un artículo sobre Francis Bacon leía esta mañana que era “Caótico, tempestuoso, vitalista, tumefacto, distorsionador, es la apoteosis del expresionismo crítico y la desfiguración… Amorfo, desgarrado, degenerado, convulso...” “Se odiaba a sí mismo. Pero no se despreciaba. Se tenía en alta estima personal.” “…El Bacon ebrio y atroz que odiaba al mundo que le rodeaba”

Y me pregunté a mí misma: ¿soy así? …para nada.

El artista es puro vitalismo. Es el desgarro de Lorca, la confusión de Picasso. Son ríos de pasión. Velocidad. Embriaguez. Adrenalina directa al corazón. Es desfasar. Abandonarse a sentir, sin más pretensión que el sentimiento en sí mismo.

Las personas así enamoran, emocionan. Es contagioso. Agradezco el haber podido estar cerca de una de ellas, aunque fuese durante poco tiempo.

He comprendido que quizá el mayor sacrificio del artista no son los dedos sangrantes después de horas al piano, ni la vista perdida en el techo de la Capilla Sixtina… Sino el hecho de verse avocado a una vida caótica y turbulenta (a veces triste, a veces feliz) y renunciar a una vida sencilla y tranquila (igualmente dual) a la que, como le dije a un amigo hace un par de meses, yo no podría renunciar.




(A pesar de todo, lo sigo intentando)
Pez26 de febrero de 2009

1 Comentarios

  • Artalia

    mi vecina lleva uns vida caotica y turbulenta y no es artista precisamente, sin embargo un amigo mio, met?dico y prudente es un manatial de arte. Salud.

    26/02/09 08:02

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