Ciega Obediencia
Una sociedad del miedo, censura, señalamiento, prohibición, mandato ciego a la norma, no puede crear más que sujetos alienados, engañados, enajenados, cansados, suicidas de su propia identidad o la de los demás, como una forma de escape o reacción de desesperanza, frente a la cadena que los ata a su triste realidad.
CIEGA OBEDIENCIA
Mamá castiga a niño por no hacer
lo que le enseñó,
niño siempre obedecerá a mamá
hará justamente lo que ella mande.
Maestra sanciona a niño por no hacer
la tarea como ella la explicó,
niño traerá siempre las tareas,
cumplirá lo que la maestra mande.
Adolescente se rebela contra madre y maestra,
recibirá grandes sanciones,
adolescente aprenderá a callar y obedecer.
Sociedad vive y muere como lo hizo Emanuel Kant,
acatando ciegamente la norma como mandato supremo,
como su deber ser.
El sujeto va desapareciendo sigilosamente,
con su venda le urge obedecer,
so pena de recibir, fuerte castigo, exilio o presidio.
Joven se dedica a repetir lo aprendido,
adulto no hará más de lo que se le mande,
anciano en monótona soledad morirá.
Sociedad ya no tendrá el genio que la sorprenderá
el poeta que la hará soñar,
el músico, que con su pentagrama la hará bailar
el pintor que con miles de formas le recreará.
El filósofo que la hará pensar, cuestionar y reflexionar,
el niño, el hombre, la mujer, el ser...
que con su esencia a naturaleza, a fuego, agua, aire,
le hará vibrar en el planeta de las hadas encantadas.
Perderá la fuerza de la libertad que la hará reír, soñar y crear,
porque ya nadie hará más de lo que se le pedirá,
algo más de lo algún día quiso dar.
Sus pasos serán los pasos que otros darán,
su pensamiento será, el que otro le prestó para caminar,
ésta, será, la sociedad de los poetas muertos,
la que avanza técnicamente hacia adelante, sin pensar.
Aquella sociedad en masa, en segmento,
pegada como la brea o el cemento al asfalto,
como triste lamento.
Lineal, la sociedad sin la ley de la relatividad,
que de Albert Einstein, tristemente lamentará,
la de las almas en soledad,
de una humanidad cuyo miedo ha asesinado
silenciosa, cadenciosamente, su creatividad.
