Esta vez sí, Blanca y feliz Navidad.
Esta vez sí, Blanca y feliz Navidad, este año, el ser amorfo y anodino que escribía de la Navidad como una condena, pero que mal o bien deseaba que otros la vivieran, ha vivido en ciernes su maravillosa Blanca y feliz Navidad, no ha descendió del cielo el mana de lotería, ni me ha iluminado el Espíritu Santo, solo ha tenido que cabalgar mi caballo, y caballero andante de Este a Oeste y morar en una posada.
A tan solo unas leguas, allí donde nací, la noche de Nochebuena, estaba donde quería estar y con quien estar, rosas rojas para mi musa, la Princesa que perdió a su maravilloso Príncipe, la compañía de la mujer que le quito a Ava Gardner la ostentación de animal más bello del mundo, su Marlon Brando particular, mi hermano, aquel que sin querer modelo el ser que soy ahora, y una corte de Querubines, viejos Reyes y Reinas, y un maravilloso yantar, en una maravilloso Castillo donde la armonía, el calor y un verdadero espíritu Navideño de armonía y Paz penetro en mi corazón y calo en mi alma, elevándome sobre el destino que me tenía deparado el destino.
Béjar, epicentro de tantos puntos cardinales en mi vida, fue otra vez donde fui iluminado, hasta llegar allí, el paisaje de Antonio Machado, y los campos de Miguel Delibes, hicieron el resto, y, ya a punto de partir, el calor de un niño, Marcos, Marquitos, hicieron el resto, volver a sentir el calor de un niño dormido en mis brazos, horas antes de partir, hizo que volvieran a mí, sentimientos perdidos, adornando mi ser, del espíritu hermoso y puro que ya hace tanto tiempo sentí.
Me he perdido la infancia, la pubertad de dos seres maravillosos, dos hermanos que viéndolos agarrados del brazo me transmitieron una verdadera lección de amor y de fraternidad, me he perdido tantas cosas de esa familia, que al volver, un cierto sentimiento de culpabilidad inundo los recovecos de esta mente que empezaba a recobrar el " tono ".
A Charo se le paro el reloj, he escrito, también escribí esa noche, hablé, sentí, estuve en la vida como hacia tanto tiempo deseaba estar, tal vez el contraste de la vida con esos seres maravillosos y gélido aire frío de esa ciudad capital para mí, hicieron que parte del hombre que estaba muerto, resucitara, no olvidaré esa noche, no podría, esa noche es y será, un punto cardinal que me indique hacia donde debo dirigir mi vida.
Hace años, escribí en este mismo sitio, que para muchos, esta noche no será una noche de paz, hoy puedo afirmar y afirmo que la nochebuena del año del señor de dos mil dieciséis sí que lo fue para mí.
Ellos no hicieron nada, solo ser como son, a mí me habían cambiado y yo me había dejado cambiar, espero no volver a dejar escapar aquel que fui y aquel que quiero ser.
Decía mi padre siempre:
De bien nacidos, es ser agradecidos.
Seré, escueto, porque el alma ya hablado.
Gracias a todos por hacer y hacerme sentir feliz, mucho, uno puede estar rodeado de mucha gente y sentirse solo, y yo sin embargo la mañana de la Navidad del señor de dos mil dieciséis durante tantas leguas cabalgando, aunque solo en mi caballo, todos vosotros estabais conmigo.
No olvidaré.
Os quiero.
