LA ESPERANZA DE UNA BOCA

LA ESPERANZA DE UNA BOCA

LA ESPERANZA DE UNA BOCA




Se encumbran jergas en un útero
alumbran sollozos de esperanza
es la vida que aviva, un sol que nace
un horizonte que se ilumina,
una esperanza que se esgrime
hilvana esperanzas, al alumbrar
un nuevo guarismo, en el calendario.



Una matrona llamada vida, cobija
lo que ha de ser esperanza intrínseca
es como el miedo del maestro
cuando el morlaco meano sale del toril
y su miedo es igual a su ilusión
pues tan solo está con su verdad,
con lo que es, con lo que siente.



Emerjo de los sentimientos
de las bondades de tus palabras
de los hechos de tus caricias, de tu sonrisa
ya no tengo tiempo para lémures del mal
antaño, como un meandro, desviaron el cauce
en el desaire de mi creencia por ti
no hay cábalas de un desdén, solo tengo amor.



Fueron las bestias de la traición,
maltrecho y sin esperanza me adentellaron
mordían mi ignorancia, en un estadio de sueño
desgarrando las almas que todo ser tiene
y mostrándole al mundo mis entrañas
mis tripas, el ego, la ponzoña, lo peor de mi humanidad
todo el miedo que tenía, dejando solo al niño
ese que no consiguieron matar
y aún que fui vil, no morí, viví
no pudieron con mi amor,
ni con la cabida de mi corazón,
el hecho de poder amar, incluso,
al hiriente.



Hubo una batalla, y una tierra teñida de sangre
tasajos, restos de almas marchitas, hedor a muerte
miro atrás, y todavía siento el frio helado
pude morir traicionándome, pero,
las armas y los insultos, mis fechorias
decidí que fueran solo recuerdos, ignominia
un orbe sitiado de incertidumbre pagana
solo una herida quejosa, profunda,
pero solo eso al fin, algo que con amor se cura.



Hay letanias de Dioses menores,
que se anquilosan en los bufones que la vida da,
que la vida quita, son esperpentos de la obra, que
sin otro parangón, nos ha tocado vivir
en la inmensidad de las almas que deambulan
requieres de muerte, y campanas que anuncian vida
vida que se convierte en presente,
con una lágrima, con un beso, y un yo te quiero enamorado.




El olvido es un murmullo antojado
rompe en la playa batiente,
se deja adornar en las orillas,
que tejen el mundo
el amar es quejido del alma
brota como las azucenas
se adorna en un fandango, o saeta
sabe a sentimiento
y solo tiene un olor,
el de ella, que le sale del alma
de ella, que lo canta.



Creo en el amor, en su poder
en el poder del amor,
el amor vive en mi,
nada soy sin él,
nada.