X. EPITAFIO
Si hay alguna persona que haya llegado al final de este texto, cosa que creo improbable, descubrirá como yo descubrí hace muchos años, que la raza humana es una raza que merece desaparecer, dedicamos nuestras energías a la codicia y al poder, eso nos ha llevado a poder auto destruimos como especie y a eso solamente le podemos poner un nombre: estupidez.
La estupidez es el único rasgo del ser humano que no puede ser combatido, pues contra él no se puede esgrimir la razón, un estúpido sea indivisible o colectivo no puede atender a la condición humana de la racionalidad puesto que al convertirse en estúpido deja de ser humano para convertirse en mero animal, y por mucho que hablemos o razonemos con un burro o con un tiburón, este seguirá sus instintos primarios, pues carece de rasgo humano de el raciocinio y por tanto seguirá afincado en la estupidez supina que en el caso que nos per toca nos llevara a la extinción de la raza humana.
Este es mi legado, mi lucha, contra lo que he intentado confrontar toda mi vida, el conocimiento de nuestra estupidez ha desembocado en este artículo y quiméricas charlas individuales y colectivas en colegios, institutos y universidades, he querido que en la medida de mis posibilidades las personas que me rodean sepan la verdad sobre el mundo estúpido en el que viven y decidan por ellos mismos si quieren vivir en dicho mundo estúpido o bien quieren cambiarlo.
Espero que algún día mis congéneres humanos dediquen sus esfuerzos a la construcción de un mundo mejor y no al de la autodestrucción.
Este es mi legado y si han de recordarme por algo, aunque sólo sea una persona, espero que sea por mi lucha, por esa revolución de las ideas que ha sido mi motivo de vida y mi lucha constante por la creencia de mis convicciones.
Pol