Ya no recuerdo mis recuerdos
No recuerdo lo que recordaba
en los hemisferios del tiempo pasado
aunque la noche los ojos abiertos tenga
y la noche este de ojos abiertos
la encrucijadas de de los momentos distintos
no hallo la medida del tiempo que una vez me perteneció.
Aunque en lapsos de cordura eres lo mejor de las imágenes que recuerdo,
ayer sabia discernir la belleza del pie, que anda y porta el alma,
sabia, sabia ayer, pero ya no me acuerdo de mis recuerdos,
la maleza de la selva ha penetrado mis entrañas y no sólo,
el alma descarnada abierta en canal desangrada está, es pasto de los buitres,
no recuerdo mis recuerdos, solo veo los buitres volar a mi alrededor,
y al mirar al cielo, el sol me ciega,
y viene tú recuerdo, eres buena desde tú alma a mí.
Niña dulce
corazón hecho de coraza
que no pertenece ni al viento,
que no es de nadie, sólo suya
siempre que te miro me muero
y estoy peor que muerto
si no te miro amor, hermoso amor mío, me muero.
En las equidistancias de los pasos perdidos,
no se anquilosaba mi desdén ante el futuro,
pero como una columna de hercúlea me derrumbo,
pasto de turistas, de recuerdos que efímeramente se olvidaran,
el miedo se apodera del pensamiento, tengo miedo a ser olvidado,
ya no recuerdo mis recuerdos, quien me recordará, sólo seré una espiga más,
cortada en el mes cuyo nombre fue cambiado por Julio Cesar por su petulancia y auto idolatría,
tal vez tú ya que te celas blanda en el orgullo hermoso que te sobrevive,
para tú misma sobrevivir y salvarte del naufragio de tu propia vida.
Si no te miro
tiene explicación breve, tú siempre existes dondequiera,
pero concurres conspicuo donde te deseo,
es tu boca sangre que alimenta esta vida mía ,
de todas la entelequias de tiempos anteriores, sólo recuerdo tu recuerdo,
te siento en el adentro de mis ilusiones aciagas, porque eres el as de copas,
triunfo de una baraja que se barajó hace tiempo, eres mi triunfo en la partida de la vida.
Aunque en el frontispicio de una locura vana que una tarde ocurrió,
tu herida dolía como en dos seres humanos,
aunque te busque y no te encuentre,
la plañideras sombras que aun puedo recordar, en un todo inimaginable sé que eres tú
aunque la noche pase y yo te tenga
vives en mí, como una semilla de trigo vive en un trigal.
Dulce amapola que interrumpes el campo con tu color,
dativas encuentro a la observación de tú maravillosa melancolía,
a tu forma de cómo te conmueve el mundo, de cómo te conmuevo yo,
de tus adyacentes preguntas sin respuestas, se enfrentan mis designios,
solamente como diatribas, sin forma, sin olor sin sabor ni forma,
solamente esperanzas vanas de un sueño que aún recuerdo.
Mirándote a los ojos me dado cuenta que he cometido el peor de los pecados,
no he sido feliz, en está sola vida dada, quise ser pez volador en el aire,
más los peces se ahogan sin agua, y yo quise vivir sin ella,
en la libertad de mis pensamientos lo creía posible,
ahora sé que he soñado y que nunca salí del agua,
tal vez en estos momentos sin aliento clavado por un anzuelo,
huelo el aire que es lo más próximo a ti.
Si el hombre pudiera medir lo que ama.
Si pudiera levantar lo que siento por el cielo en una tormenta de relámpagos; no habría tempestad que pudiera separarme de ti.
Saludaría la existencia garbosa al final de la existencia, y fabricaría dos alas para que tu cuerpo se reuniera con él, dejando sólo la verdad de tu amor, la verdad de mí mismo, que no sé [...]
Volar al sol, fundirse con él para alumbrar más tú sombra, partir sin alma, e ir con alma ajena, sentir que me quemo por una causa debida y sentirme orgulloso; arder como las velas y disiparme, con el recuerdo del niño que te conoció; bajar de un cielo, y ser ángel de tu guarda, y serlo para toda la eternidad y eternamente no arrepentirse.
Dolor no quiero que me dejes, es la última forma de amar que tengo.
En mi ojo hay más átomos que estrellas en el universo, pero en mi universo sólo existe una estrella: tú
