Aquí estás, rota el alma
y desvencijado el orgullo,
tu risa cual fugaz historia.
Me revelas el trazo de los astros
y el color del mundo,
y el color transparente de tus tristezas
sin que veas siquiera
que ya no eres tú,
sino el reflejo de lo que nunca
quisiste ser,
pero te aferras.