Sin tus ojos, solo busco
en lejanas constelaciones
un refugio a mis preguntas sin respuestas,
de cómo tu aliento
se deshizo en cristales de niebla,
y una lágrima rompió el eco de tu sonrisa.
¿Para que buscarte
en el canto de las olas,
si en el fondo del océano
ya no existe
el reflejo de tu rostro,
si ya sólo busco rastros de plata
en la noche que borró tu nombre?