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Redención Parte Ii

CAPITULO II
LA MUERTE LLEGA DEL MAR..

Inmediatamente después de percibir esa aura de muerte y destrucción, solo podía pensar en mi prometida, no podía soportar la sola idea de ver esa abominación, besándola y poseyéndola como antaño, hizo con cada doncella que ha alojado el alma de su amada Joshy.
Los brazos de la sirena aún seguían en mi cuello, me giré hacia ella y solo vi un rostro triste y melancólico, no comprendía el porqué, y cuando volví a mirar al océano. Ahí estaban cientos y cientos de peces muertos arrastrados por la marea sobrenatural provocada por ese infernal vampiro, autoproclamado, príncipe de la oscuridad, señor de los no muertos.
Cuando volteé mi mirada de nuevo a la sirena, solo pude ver como su cola desaparecía entre las olas de un nuevo mar muerto. Pero el señor se había apiadado de mí, el amanecer estaba cerca, y cuando el sol despuntaba en el alba, el conde no tuvo más poder, y su barco encalló en la playa.
Esperé durante horas, impaciente de entrar a ese infernal galeón, pero me detenía el saber que el conde me mataría con solo un simple ademán de su parte, cuando el sol ya estaba en su punto más alto me adentré en el barco, y ví al conde tirado en la cubierta, pero me había sumido tanto en mis pensamientos y sed de venganza que no me percaté que una multitud ya se había reunido alrededor del barco, en la playa, en el malecón, a mi alrededor, y aún más importante la policía.
La fuerza pública me sujetó y me suplicó que me fuera, les expliqué por todo lo que había pasado, me tomaron por un loco. Las horas siguieron su curso, pero ahí entre la multitud estaba una persona extraña y vigilante, un huraño, un anciano diferente del resto. Era uno de los muchos ayudantes de Drácula dispersos por todo el mundo, yo no podía soportar más la falta de sueño, y en contra de mis principios tuve que abandonar el área, para poder descansar y así proteger a mi prometida Joselin, la cual a pesar de estar comprometidos siempre he sabido que ella no me amaba.
¿Que podría ser más doloroso que amar a alguien que no te ama?, simple ver como esa persona destroza cada fibra de tu ser con su indiferencia y a pesar de que ella ha ignorado cada dibujo, lienzo y poema que le enviado, siento la obligación de protegerla más allá de la indiferencia.
Caminé a su casa no estaba lejos de allí y lo que vi destrozó mi vida.
Ahí estaba ella, muy bien acompañada, no me hubiese importado, haber sido reemplazado por un caballero, mejor que yo, me dolió ser reemplazado por una dama. Y peor aún era su mejor amiga. Solo caminé hacia la puerta y mientras recorría cada centímetro de la calle, sentía como cada guijarro se burlaba de mí, sentía que una parte de mi había muerto. En un momento así un hombre solo podría refugiarse en la bebida.
¡Oh hubiese deseado haberlo hecho! pero yo no bebo alcohol, de haberlo hecho estuviera en algún bar seguro, y con la compañía de hermosas cortesanas, prestas a mis más ligeros deseos, y no camino al barco de Drácula, con la estaca de plata que me dio la Sirena.
Sentía como mi fe se revolvía con cada paso de innegable ira, quería acabar con esa criatura, mi ira, me cegó, y el día acababa, había perdido la noción del tiempo, cuando la luna se mostraba temerosa, el conde salió de su ataúd, coloco su mano sobre mi hombro, y me disloco el brazo, era un dolor infernal, luego me colocó en un rincón, agonizante, adolorido. Y en mi dolor, pude observar como ese extraño anciano, recibía las órdenes de su infame señor.
Me quede dormido, el dolor y el cansancio habían hecho efecto, no debió de ser mucho tiempo, pues cuando desperté aún era de noche y vi en la cubierta del barco, los collares de ajo, la rosa silvestre y todos los amuletos que coloqué para evitar que el conde ingresará a la casa de cien años. Seguido de aquel acto, el conde se acercó hasta mí, riéndose primero, luego burlándose para luego charlar de forma sarcástica conmigo.
Sr Adrián, es usted un idiota si cree que puede detenerme
- Maldito, maldito sea este barco y tu vida
Me halaga, pero no acepto halagos de hombres, aunque si los aceptaría de su Joselin
- (No sabía como responder a eso, después de todo no me interesaba lo que le ocurriese)
La encontré tan calmada en su cama, que no pude evitar, darle el beso de la muerte
- ¡No!, monstruo acabaré contigo. (A pesar de mis palabras aun la amaba)
También, decidí salir a conocer su amada península, conocí lo que ustedes llaman la UPSE, y ahí estaba un hombre temible, que rivaliza con mi crueldad, el temido Marco, inmediatamente lo reconocí, ese hombre alberga el alma de mi archienemigo, el señor de la guerra turca, Lord Turac
- No me interesa nada solo quiero la muerte
Como usted desee Sr Adrian
Y cuando el conde escuchó mis últimas palabras se abalanzo a mi yugular, pero una vez más el sol me había salvado, el amanecer estaba cerca.
Mientras el conde se retiraba a la casa que había comprado gritaba
- Dentro de tres días tu amada Joselin, se levantará como un no muerto, no volveremos a cruzarnos hasta esa noche.
Sabía que no podía hacer nada, solo recostarme y tratar de dormir, y desear que todo lo que alguna vez viví hubiese sido una pesadilla, sin daños a terceros
Continuará..
Radian23 de julio de 2016

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