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El Vuelo

Seguí el vuelo de la mosca... otra vez. Se posó en una de las aletas del ventilador de techo. La vi chasquear sus dedos como siguiendo el ritmo de la canción que escuchaba. Tenía un color medio verdoso, más verdoso que otros días soleados, días que aprovecha para irse a otros lugares porque prácticamente no la vi deambular por aquí, o tal vez vio mis ánimos y escapó antes de que la empapara de gris. No puedo saber lo que busca, va de un lugar a otro como perdida, del ventilador al cuadro de la abuela, de allí a los discos que adornan la pared, luego al ropero agrietado, así de errante hasta posarse en la palma de mi mano. Pude intentar aplastarla como otras veces, en lo que en mi cuenta personal van 3 de 16, pues a veces suelen ser rápidas, otras tantas, no, y eso que me llevan varios ojos de ventaja. ¿Se imaginan si lloraran?.
Pienso y pienso que estos bichos deben tener alguna función divina, más allá claro, de volar y molestar mis sueños.
Mi cansancio es tal, que hasta me pareció que volaba como escribiendo un mensaje, un "hola" en letra de molde tamaño cartel vial. Ya sé, es bastante loco. Sonreí. Sonreír es bueno para estos tiempos agitados.
¡Ya basta!. Debo dejar de seguir mirando la mosca, debo estudiar, me faltan unas 300 páginas y aún no he llegado a la parte más brava de los conceptos con palabras difíciles y todo ese carnaval.
Pienso en ella. Como negarlo. A cada instante, ahora, cada 3 palabras leídas. Así no es posible encontrar la paz, la calma, la seguridad. Hace un rato estuve escuchando su voz en una canción, y me transportó millones de kilómetros por segundo hasta sus labios, donde me quiero quedar, plantar bandera y vivir. ¡La puta no puedo concentrarme!. Y la mosca. Ahí está la mosca. Tal vez pueda intuir lo que siento. Ojalá, así no me siento tan solo en esta madrugada de tristeza.


Archivo 192, Página 56, movimiento 71.
Estaba volando disimuladamente lo más tranquilo por el paralelo equis89, cuando me ví observado por el individuo estudiado. Inmediatamente cambie mi trayectoria y comuniqué la situación a control, desde donde me enviaron especificas instrucciones de demorar mi regreso, hasta tanto no logre despistar al mismo con mi aleteo despampanante. Pareciera que sospecha algo de mis verdaderas intenciones. Chequearé sus acciones para confirmar.
Debo reconocer que mis superiores me lo advirtieron una y otra vez, sobre lo de desconfiar de los bípedos y mocosos con dedos. Lo sé, mala mía, bajé la guardia pensando que no había peligro alguno. Me equivoqué. Y ya que estoy acentuando en mis errores, debo confesar que quise probar su bondad y mi agilidad posándome en la palma de su mano. Ya sé que fue una locura, arriesgado y torpe de mi parte, pero a poco del final, necesitaba saber que mis prejuicios eran acertados, que esta criatura no es tan depredadora como los millones de años que la avalan. ¿Y saben qué?, lo logré, no me hizo daño.
Aunque son una especie que ningunea todo lo que le rodea, insistí en dejarle algo en un idioma que podría entender fácilmente, pero no hubo caso, otra vez sus aires de mente superior cegaron lo que dibujé en el aire con excelente ortografía.
¡Pero ahí está, por fin!, ya ha entrado en ese estado, en ese misterio, en ese limbo. Su cuerpo lo delata, su expresión y sus manos acariciando el aire, en un idioma que no está en los registros de ninguna insectlioteca. ¡Y la sonrisa!, y esa mueca, aún no puedo descifrar eso, algo tiene, algo lo activa que lo desacomoda de la realidad, y ese tambor, el tambor en su pecho afiebrado que sigue un golpeteo desentonado. ¿Qué es, qué significa, porqué?.
Últimamente ha intensificado esa condición, sobretodo cuando escucha esa música que tiene separada del resto y lo desestabiliza a niveles increíbles, haciéndole perder la noción del tiempo y el espacio. La verdad que no comprendo. Todos mis antecesores han llegado hasta este punto, han descrito y experimentado lo mismo. Creyeron haberlo descubierto todo, cuando en realidad no habían ni siquiera empezado. Y aquí estoy, en esa misma frontera de nada, siendo uno más del montón. Además, me quedan pocas horas de vida y no quiero irme sin develar el esquivado secreto.
¡Ahí está otra vez!, volvió a su normalidad exigida. Tomó las hojas, lee sin parar, lo perdí, lo perdí, noooo, esperen, esperen, creo que... que vuelve a mí. Me tiene en su mira, me sigue. Creo que va a ser mejor que utilice mi técnica de chamuscada en la lámpara para evadir su atención. ¡Funcionó, funcionó, nunca falla!.
Espero terminar el papeleo antes que acabe mi estadía en esta dimensión, y luego poder regresar por las verdades que puede dar una última esperanza. Espero poder dejar mi aporte a esa ración de luz que nos convoca. Solo espero descubrir qué los hace tan especiales.
Cerrando Bitácora del moscón H45, delta bravo achicoria, cambio y fuera.


ram
Ram08415 de noviembre de 2014

2 Comentarios

  • Loquillo

    Sin palabras, me encantó, muy divertido y... es muy posible... Mis saludos :)

    15/11/14 08:11

  • Ram084

    gracias che, y gracias por leer, saludos!!!

    16/11/14 04:11

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