¿dónde Está la Verdad?
Un clavo saca otro clavo; haz lo que te guíe tu corazón; no te enamores o sufrirás; no dejes la razón por debajo de la intuición; lucha, y si caes, vuelve a levantarte; lo que no dependa de ti, déjalo fluir.
Dichos, refranes, proverbios..., todo ello nos ha invadido o interactuado sobre nuestra existencia desde nuestro comienzo. Pero realmente a cuál de ellos darle más veracidad, si al fin y al cabo, podríamos aferrarnos a cada uno de ellos a lo largo de toda nuestra vida, sin distinciones, aunque fueran contradictorios y sólo se separaran de nuestra elección un mínimo tiempo. Y es que vivimos tantas emociones y sentimos tanto, que ninguno está de más. Supongo que se establecieron como fuentes de sabiduría y cierta razón, o tal vez, esas personas que los crearon sólo intentaban cuidarnos desde tan lejos, o me atrevería a decir que querían dar tranquilidad a lo que supone tomar decisiones en esta vida, que es complicado, pero sencillo. Ahora, es como si sólo tuviésemos que elegir cuál tomar para nosotros. Pero insisto...: ¿Cómo elegir el verdadero, el que nos conviene a seguir..?. Tan subjetivo como la felicidad.
He leído muchos pensamientos plasmados de filósofos, demasiadas reflexiones de Buda y frases provenientes del Tíbet, algún que otro proverbio chino y árabe. Supongo que tengo que admitir que en su justo momento, todo tiene parte de razón, desde lo más justiciero a lo más espiritual. De ahí que podamos interpretar que cada persona que nos rodea se pueda encontrar en un determinado momento, el suyo, en su verdad, pensando o sintiendo de una forma, creando su ideología o basándose en su experiencia. Cada cual viviendo en su tiempo, que es totalmente personal.
La verdad no está en ninguna parte, ni hay que conseguirla a través de nadie. Tú creas tu propia verdad. Distinguidas de todas, a veces, sin tú mismo saber que la llevas dentro.
No desvelo mi verdad, pero ya que estoy, voy a incluir yo también una frase a esa larga lista que ya existe: cree en lo que sientes, y siente tu tiempo.
