Un Poco de Más
Para algunos, la vida es más costosa que para otros. Dejemos a un lado el dinero por esta vez, aunque sea difícil. Les cuesta todo lo que son, o lo que podrían haber sido. La salud los ha desabrigado, su interior arremete contra ellos, o su alrededor ya no está cerca. Soluciones. Todos las buscamos instantáneamente para todo lo que sucede,y las hay, sí, pero también sé que puede resultar complicado llevar la lucha con una soga al cuello. Buscar la calma entre la desesperación no está al alcance de todos, o más bien, de esos corazones.
La vida no cuesta la vida. Quizá esta breve frase debería presentarse a tocar la puerta de muchas casas. Los sacrificios a conseguir una disfrazada felicidad nos confunden.
Hemos quedado en que la felicidad constante no existe, sólo hay momentos, los cuales hay que aprovechar. Mi felicidad ahora tiene a una compañera, que es la sensación de sentirse en paz. No hay nada, sólo calma. La cuestión es que para llegar a ella, deberían solucionarse antes un par de aspectos,pero lo siento, no hay recetas. No hay guías para cada camino,porque el de cada persona es diferente. Lo que sí puedo asegurar,es que aunque cueste más o menos trabajo, sentirse en esa calma al menos durante cinco minutos, es muy agradable. Es de agradecer que durante ese escaso o largo tiempo salgamos de este mundo que sólo nos pide obligaciones y atenciones. Es de agradecer que nos sintamos a nosotros mismos, porque durante muchos años, no nos hemos parado a ver que nos tenemos a nosotros y que nos podemos dar lo mejor.
Nos rodeamos de tanto exterior, que incluso penetra en nosotros sin ningún permiso. Más tiempo sin pensar, menos poder de nuestro lado izquierdo cerebral, eso es lo que hace falta.
La humanidad se siente cada vez peor, pero tú puedes sentir diferente.
