Está acostada sobre mi almohada, dispuesta a ser mía una vez más, y una vez menos de tantas que están por venir... La veo y siento esa necesidad apremiante, la misma de tantas otras veces en las que no me pude contener, en las que mi deseo fue más fuerte que mi conveniencia y mi conciencia, que mi bienestar. Como si de ella dependiera mi vida, no dejo de mirarla, de codiciarla y de pensar en el viaje maravilloso que podremos hacer juntos, abandonar esta perra realidad y volvernos uno solo más allá del pensamiento, de las ideas y del presente. No importa nada más que nosotros dos y lo nuestro, no existe nadie más que ella y yo, ni familia, ni trabajo, ni hogar, ni amigos...todo lo tengo cuando estamos juntos, cuando ella está en mí, nada ni nadie más importa que nosotros dos, que nuestro par, que nuestro éxtasis, somos contra el mundo y el mundo en nuestra contra... Lo he perdido todo por ella, no me queda algo ya que nada tiene importancia ni valor a la hora de buscarla, no soy más que un despojo del presente, algún ser infrahumano que vive por ella y para ella, aún lo que tengo por ella lo doy, sin pensar, sin dudar y con prisa. Es mi vida, es mi sueño, es mi todo, y sin ella es mi fin. A veces pienso que no estoy vivo, no valgo nada, soy tan poca cosa, todos me han abandonado, más cuando estamos juntos me siento un dios, un ser superior a toda esta basura que me rodea, por eso la quiero, por eso la necesito, por eso dependo de esta jeringa, ya no me queda ni un lugar sano donde inyectarme, pero no importa, por ella lo hago todo. Vamos a unirnos una vez más, vayamos a nuestro paraíso de inconsciencia, para así volver a olvidar por instantes esta triste realidad...

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