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"reflexionando"



Estoy sentado bajo la sombra de un árbol llamado olvido. Miro las nubes que el viento mueve y me recuerdan que soy pasado, me van dejando detrás como un día hicieron las oportunidades que permití correr por mi lado, así de crueles son las que te da la vida, no les importa si quedaste solo, si no tuviste tiempo para alcanzarlas, si estabas enfermo, triste, si no tenías la fuerza suficiente para liberarte del cepo del no para darte libertad con el sí, no importa, sólo pasan, si no las atrapas nunca las volverás a ver. Hoy me detuve a mirar a cuanto ser pasaba por mi lado, entendí que cada uno tuvo o tendrá su momento exacto para marcar la diferencia, en menor o mayor medida, para un glorioso fin o una utilidad promedio, hay quienes pudiendo ser gigantes escogieron la pequeñez de la conformidad, de la cobardía, y esa congruencia que por azar quizá perteneció a unos hoy está en manos de los simples que escogieron ser valientes en el momento preciso. La felicidad no es más que el resultado de un conjunto de buenas y también malas elecciones, pero elecciones al fin. A veces nos quedamos sentados, estáticos, como a la espera de un gran acontecimiento que nos mueva del estado de coma existencial actual, que nos indique la dirección a seguir, el próximo paso que debemos dar, pero no nos damos cuenta que sin caminar no habrá oportunidades de tropezar con algo, ni bueno, ni malo, ni grande ni pequeño... En el diario de mi vida están escritas cada una de las oportunidades desprovistas de mis decisiones, las escribí tarde sí, ahora sólo llenan espacios en blanco de un cuaderno que puede o no servir de algo para quien sepa aprovechar mi falta de resolución para su propio beneficio. Esto va dirigido a todo aquel que está esperando sentado a que la vida llegue por sí sola, para aquel que no presta atención a los dictados de la existencia y cree que de esa manera es mejor vivir, para aquel que hace esto aún sin saber que no hay peor prisión que la falta de arrojo y que da por un hecho que no estamos destinados a la grandeza. A mi diario aún le quedan páginas vacías, en las que espero escribir decisiones tomadas, no pasados desafíos por los que me dejé intimidar. Hoy estoy tomando la decisión de cometer errores que pueden o no serlo, de tropezar aunque me cueste levantarme, de engrosar el corazón y aferrarme a cuanto reto se me imponga, y al final de mis días no escuchar aquella voz interior triste y arrepentida que dirá: "si yo hubiera...". No sé tú qué harás, quizá esta sea tu oportunidad, no la vez?
Rey30 de marzo de 2015

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