Cada vez que callas algo hay un sentimiento que no puede ver la luz. Una expresión que muere sin mostrarse. Un gesto inconcluso, algo que queda oculto en tu corazón.
Esas son expresiones no reveladas de tu personalidad.Facetas de tí mismo que viven enmascaradas.
A lo largo de nuestras vidas nos negamos a ser nosotros mismos cuando dejamos de decir lo que sentimos para ocultarlo en ese cajón de los recuerdos que es el andar cotidiano.
Día tras día, hora tras hora sueles negar lo que sucede en tu interior sin expresar tus verdaderos sentimientos.
La montaña de negaciones a las que te sometes tú mismo obedecen a tu deseo de ser parte de algo, de ser aceptado.
Quieres encajar en el trabajo. Quieres ser un amigo leal. Una esposa obediente. Un marido ejemplar.
Pero la verdad no es la que muestras a tu alrededor.
La verdad de tí mismo es la que escondes a los ojos de los otros.
Tu verdad, tu única realidad es lo que por tanto tiempo has ocultado negándotelo a ti mismo.
Un día despertarás por la mañana y no reconocerás a la persona del espejo.
Es que te has negado tantas veces, que terminas por convencerte a ti mismo de que esa fachada idealizada de persona, sos vos mismo.
Pero lo ridículo de toda esta vida pacata y vacía que llevas, es que tampoco vos quedás convencido de tu mentira.
Tenés que ser vos mismo. Antes que el espejo te niegue tu propia realidad.
