Lo malo es que me haga una adicta a hacerte compañía. A cuidar de ti en tus días en Madrid. A besarte los lunares que aún no sé qué tienes. A no conocerte y conocernos. A tus temitas de andar por casa. Y a andar por tu casa. A deberte ratitos una vez al mes. A darte amor. Y a que tú me des alguna alegría que otra, una detrás de otra. A los trenes. A tu almohada. A lo furtivo. Y a lo recíproco. A lo tuyo y lo mío. Pero sobre todo a lo tuyo. Que parece que te cuesta un poco abrirte. Pero de aquí a que te abras, nos bebemos unas cervezas y pedimos pizza. Las veces que haga falta. Con música de fondo. Con flamenco de fondo. Alguna de las listas de esas que tú dices que inspiran. Mientras te lo piensas, nos hacemos orgásmicamente felices, te parece?

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