Pisoteada por la humanidad,
Ultrajada,
Violada por enseres,
Desahuciada por mentiras,
Invulnerable a la felicidad,
Vulnerable a todo dolor.

Me sentí herida en trozos,
Vuelta a unir junto a otras más,
Ya no era sólo yo,
Habían otros más en mi.

Me sentí rodeada,
Acorralada por una oscuridad sin ti,
Abandonada de los lamentos,
Recorrida un sin fin de veces por nadie,
Besada sin cesar por la soledad.

Desnuda en un público de fantasmas,
Siempre con un espejo frente a mí,
Un reflejo indómito,
Demacrado,
Espectro como un zombi,
Caminando por entre la multitud multitudinaria.

Me sentí nadie en unos segundos,
Al siguiente,
Me sentí nada,
Nada ni nadie,
Cosa ni humano.
Viva ni muerta,
Sólo era algo que estaba ahí,
Llorando en un rincón del salón,
Desnuda cubierta en ropa,
Empapada en lágrimas de licor.

No sabes como me sentí,
Me condenaste a ser cosa ninguna de la sociedad,
Sin cosa que me identificase,
Me sentía rechazada por todo y todos,
Ignorada,
Dolida por flechas invisibles que amortajaban mi piel,
Cubriéndome con sangre de sudor miedoso,
Embriagándome con un dulzor sin sabor.

Pisoteada por la humanidad,
Como el billete de quinientos que alguna vez existió,
Ultrajada por un destino espantos,
Violada por enseres invisibles,
Desnudas por mentiras sin rastro de verdad,
Invulnerable a la felicidad,
Esta me esquivo sin cesar,
Dejándome vulnerable a todo dolor,
Aún lo recuerdo,
Cuando me prohibieron estar junto a ti,
Como novela antigua,
Al igual como Romeo y Julieta,
Aún recuerdo,
Lo que hice, y dejé de hacer
Anhelando mi muerte,
Más que cuando desperté sin saber que hacer.

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