El ciclismo pasa por
múltiples estados
como el arte.
Un bodegón
llenos de pinceladas
de diversos colores
en un pelotón compacto
que va transformándose
en líneas más equívocas
cuando afrontan las primeras rampas
de un puerto
y llega a ser abstracto
en ese veintitrés por ciento
del “Angliru” asturiano
de la Vuelta a España
que clava en el sillín
y los aplasta.

El ciclista cabalga
a lomos del hierro
disperso en una
continua fuga hacia una meta
apretando los dientes
pegado al manillar
absorbiendo el asfalto
o el pavés
del “infierno del Norte”
en el "tour" francés
las sales minerales
de su cuerpo
envuelto en los temores grises
de una “pájara”
a que le fallen las fuerzas
y los aplausos de hoy
de la gente o de la prensa
mañana se tornen
en puñales.

Los llaman inapropiadamente
esforzados de la ruta
cuando en realidad
son galeotes
atados por mil cuerdas
con sus propias manos
a los pedales
de una bicicleta
disgregando todos
los tramos de su ser
—siempre de paso—
en el desarraigo sin raíces
de un hotel
al final de todas
las etapas.

Tal vez, un poco
como yo me siento
muchas veces.

Carlos.
desde Quirós.

Seguir AutorRecomendar Texto Agregar a Favoritos

6 Comentarios

• 

  Sandor

  
  Moreno, “Purito” Rodríguez y Horner, subiendo el “Angliru”(Asturias) Vuelta a España 2013
  Foto. Carlos. R.F
  

  07/09/15 01:09

• 

  Sandor

  
  L.Fignon, en la subida a Los Lagos de Covadonga (Asturias). 1983, foto realizada por mi padre. Esta etapa fue ganada por el inolvidable ciclista vasco Marino Lejarreta, siendo Bernard Hinault el ganador de la Vuelta de ese año.
  Fignon es el último ganador de un ciclista francés en el tour de Francia, en 1984.
  

  07/09/15 01:09

• 

  Lumino

  Estimado Carlos:
  soy ciclista, pero no de carretera, lo soy de montaña. Me encanta como has reflejado el esfuerzo y la dedicación de este deporte tan extremo. Es cierto que en otros muchos deportes es muy importante la fortaleza física y psiquica, pero el ciclismo, también la natación y el atletismo son los reyes de la superación humana. Las cotas de sufrimiento llegan a superar de manera inexplicable los límites más altos. Nada me gustaría más, sin querer entrar en polémica, que detrás de estos logros infrahumanos no se encuentren nuevas formas de "estimularse". Por lo demás, interesante y original poema. Saludos
  

  07/09/15 04:09

• 

  Diesel

  ¡Chapeau, Carlos! ¡Me quito el sombrero! ¡Mañana mismo escribo yo otro poema al ciclismo porque es totalmente cierto que es un deporte que me entusiasma! ¡Un gran poema, Carlos, el tuyo porque tiene sentido y sentimiento! Hasta mañana.

  07/09/15 08:09

• 

  Sandor

  Luminio: Muchísimas gracias por esta visita y me agrada que no solo te guste como aficionado el ciclismo, sino que lo practicas; yo salgo mucho en bici, alternandolo con el tren de cercanías para salir de la ciudad y buscar carreteras secundarias menos transitadas, siempre que no llueva. Como bien dices, el sufrimiento que llegan a alcanzar es casi límite. Evidentemente, siguiendo tu ejemplo, es mejor no entrar en esos estimulantes que tanto daño hacen a este deporte de titanes , pero que no altera la visión general de este durísimo deporte, que hoy he contemplado a 1 km de la meta en el alto de le Ermita del Alba, en el rostro del ganador, la viva imagen de sufrimiento de cualquier Cristo en una escultura de un paso de Semana Santa.
  Reitero las gracias, que viniendo de tí el comentario, valoro mucho.
  Un abrazo
  Carlos

  07/09/15 08:09

• 

  Sandor

  Diesel, gracias, son tantos años al pie de las carreteras asturianas con mi padre, ya fallecido, o viendo el Tour de Francia, o el Giro, que los versos salen solos, aunque es la primera vez que escribo sobre ciclismo, y te lo debo a tí, desde aquella pasada reflexión tuya.
  Un abrazo.
  Carlos

  07/09/15 08:09