Hoy me asomo a ese balcón
donde me sonreías
para poder mirarme con tus ojos
cuando al verme llegar
o al escuchar
el ruido del motor
tus miedos y tus dudas
se esfumaban.
La vida
eramos los dos
y esa zona de mí
sin luz
no era un lugar
entonces ,sin ese amor
que negué luego
sabiendo que se ahogaron con él
demasiados momentos
dulces de mi vida
que no serian posibles
recordar ahora
de haber sido tan solo
ese eclipse que crees
Marellia
Gracias, y tienes razón, uno debe remontar la corriente pero también volver a esos orígenes, que sin comprenderlos nunca llegaremos a ningún lugar.
Un abrazo
Carlos