TusTextos

Te Quiero.

Cuando las palabras no bastan, porque dentro quema algo que no se puede decir, que no se debería decir. Cuando quien tienes delante en lugar de dar la respuesta que querrías dice otra cosa, dice más, dice demasiado. Ese demasiado que es nada, que no sirve para nada. Y que hace el doble de daño. Y entonces el único deseo es devolver ese dolor, hacer daño. Esperando así sentirme un poco mejor, un poco menos perdida, continúo con mis reflexiones. Estoy allí, sentada en la misma vieja silla de siempre, mirándome las manos cómo si no fueran mías, pero si lo son. He acabado en el sitio equivocado, en la esquina más remota de los mapas, perdida, con un sentimiento de culpa y nostalgia que hace que el pecho se me encoja, que hace que apenas pueda respirar. En ese momento me llaman, asiento con la cabeza, fingiendo que escucho. Oigo fragmentos de palabras, pero no me importa en absoluto lo que signifiquen, no ahora. El timbre me despierta, y repentinamente de esa puerta entornada sale ella. Oigo su risa, esa que nunca llegué a conocer, esa que sin embargo tantas noches deseé escuchar. Tantos momentos pequeños e insignificantes que todas las noches repaso, siempre ilusa, segura de mi misma, tantos peñascos de dolor enterrados por ella, hasta este deseado momento... ¿para tan sólo encontrar su sonrisa? Y ahora está aquí, frente a mí, ella inocente, ella que no me cree, ella que no quiere creérselo, ella que lo ve imposible tal vez. Y en ese instante recuerdo todo lo que me hubiera gustado que supieras, todo lo que me hubiera gustado decirte si te conociera. Arrodillada frente a tu cálida sonrisa, quisiera hacértelo saber, te quiero, y más aún: te quiero por encima de todo aquello que no podemos ver, por encima de lo que no podemos conocer. Te quiero, te quiero a tí. Ahora bien, está claro que no lo voy a hacer, más que nada porque me pediría un por qué, y no, no lo tengo. Así que me quedo en silencio, me acerco, te doy un suave abrazo y me voy. Intento detenerme justo en ese instante, pero no es posible, me paro y mi reloj sigue sonando, un segundo, otro más, te separas. Ya está. Me vuelvo,te quiero. No, no se lo diré nunca más, no hasta que ella quiera escucharlo, y entonces, caeré rendida a sus pies.
Scars24 de septiembre de 2010

4 Comentarios

  • Scars

    al que le guste que comente
    saludos

    24/09/10 11:09

  • Syleinda

    buena reflexion, delicada, saludos

    25/09/10 04:09

  • Pe

    Oh, preciso texto.
    Sigue asi amig@ :)

    25/09/10 04:09

  • Curious

    esta guapo el texto scars

    02/01/11 03:01

Más de Scars

Chat