Debo hablarte de aquel que esta cautivando mi corazón, que ha llegado a mi vida como un viento de verano. Aquel a quien mi alma le es fiel desde algunas vidas pasadas.

Pero toma asiento por favor, porque lo que tengo que decir en todo momento puede ser impactante.

Tiene una silueta de ángel de la guarda, con un halo de paz que impregna todo el ambiente. Sus manos tienen huellas de batallas ganadas y algunas perdidas, pero al final son manos que cuando se entrelazan con las mías, semejan una cuna para la luna, y cuando tocan mi rostro son dulces como la miel. Pero lo que más me gusta es cuando jugamos a eclipsarlas con los labios.

¿Quieres saber más de aquel que invoco por las noches con un suspiro?

Ahora te hablaré de sus ojos, que son el escape de su alma. Me mira de tal manera que saca mis pensamientos de su órbita normal. Con una mirada puede desnudar mi alma y hacerme toda suya.

Aquel que es ajeno a toda realidad mundana, es capaz de hacerme el amor hasta robarme el aliento, con una mirada, un abrazo o un beso.

Se que puedes pensar o decir que aquel no existe, que es producto de mi imaginación. Lo que puedo asegurarte es que aquel de quién te hablo es con quién compartiré mi vida una y otra vez.

Aquel amor para toda mi vida, es a quien le he entregado esto, aquel que lo esta leyendo…y a quien le digo “te quiero” como principio de este cariño.

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