Aire
Tengo mi respiración acelerada, subiendo y bajando desbocada y en la cabeza, punzante, la necesidad de hacer algo, de acercarme acechando. De pronto soy muy consiente de mis manos y mi corazón desbordado, es como una necesidad empujándome. No le quito los ojos de encima y una parte de mi desea que alguno de los dos se vaya y abandone de una vez está estúpida idea. Tengo miedo mezclado con ansias y una pizca de expectación en los ojos. Me armo de valor y levanto las manos pasándolas lentamente por su cuello y algo se adueña de mi, siento el poder de una vida en mis manos y aprieto sin dejar un espacio libre. De repente quiero ver sus lágrimas, quiero que suplique y patalee. Nuestras miradas en ningún momento se desconectan y me molesta, quiero llevarla al extremo, sacarla de la comodidad, que sienta el abismo y que sus ojos estén llenos de miedo, pero su tranquilidad me perturba y me hace apretar aún más el agarre perdiéndome a mi mismo. Quiero que intente gritar aunque no pueda y lo hace, sus lágrimas se agrupan, su rostro enrojece e intenta con todas sus fuerzas apartar mis manos. Sonrió y todo por un momento cobra sentido
