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Capítulo 12: Io Ti Amo!

Hay veces que hacemos cosa que no queremos y acabamos resignándonos, pero aquello no podía ser. Era antinatural, o al menos en humanos. Intentar matar a quien quieres por que te lo dice otro no me cabía en la cabeza. Y, sin embargo, allí estaba, preparada para matarle o lo menos herirle.
– No puedo, en serio, no puedo – le dije.
– De esta no nos podemos librar. Pero recuerda: io ti amo, tu sei la mia vita! – y se apartó. No hacía falta ser un experto en italiano, porque yo no lo era, para comprenderle.
Cogí parte del agua que había en las cubas y él creó fuego. Comenzamos a luchar, lanzábamos ataques fuertes y errábamos a posta, pero con disimulo. Y, aun así, se dieron cuenta.
– ¡Deja de fallar ya! – me gritó Hiela.
– ¡Pero dale! – dijo Nicanor.
Aquello me desconcentró y le di a Will sin querer. El golpe había sido fuerte y le había dado en el brazo, rompiéndole la camiseta, pero se mantuvo en pie. Vi en su rostro una mueca de dolor que me hizo sentir muy culpable por lo que no aguanté más.
– ¡Perdón! – y fui corriendo hasta él.
– Era lo que tenías que hacer, ¿no?
Todos se acercaron a nosotros. Luna e Inés parecían preocupadas, Leah e Iván, alucinados, y Nicanor y Hiela, enfadados.
– Yo no puedo seguir luchando, que lo haga otro – le dije a Hiela. Salí de aquel jardín pero Nicanor me agarró por el brazo –. ¡Suéltame!
– Calla y vuelve a la lucha, niña.
– Si tanto quieres luchar, ¿por qué no lo haces tú y nos dejas en paz? – le dije.
– Suéltala – le dijo Will mientras venía hacia mí.
– No te acerques o se queda sin brazo – y me apretó tanto que pensé que me lo iba a romper de verdad. El dolor era insoportable, así que grité.
– ¡Suéltame, suéltame, por favor! – empecé a chillar. De repente, el dolor del brazo paró, pero sentía el frío filo de una daga en el cuello. Ahora Nicanor me tenía cogida por el cuello delante de él
– Ahora, os vais a alejar – ordenó –. Menos tú, Will. Ponte a mi lado.
– ¡Pero ayúdala ahora que estás ahí! – gritó Iván a Will.
– No puede. Si te unes a un bando, no puedes desobedecer al jefe. Es como un juramento irrompible – explicó Hiela.
En menudo lío estaba metida. ¿Qué iba a hacer ahora? No tenía ni un mísero cuchillo. Eso era lo que necesitaba. Sentí un objeto en mi mano, un objeto cortante y frío como el hielo. Con un movimiento rápido le clavé la daga en sus costillas. Él gritó de dolor. “Que sufra, que se lo merece”, pensé.
Me libré de Nicanor, pero no salí ilesa: tenía un corte en el cuello. A pesar de la cuchillada, él no se derrumbó al suelo ni se estaba desangrando, seguía allí de pie con una mueca de dolor.
– Puede que haya perdido una batalla pero no la guerra, y tú – me señaló – me las pagarás, ya verás. Cuando menos te lo esperes – y se perdió por las oscuras calles de Roma.
– Me tengo que ir – me dijo Will –. Nos vemos luego, y vigila ese corte, que no se infecte.
– Hasta luego – me acerqué y le di un beso. Después sin que nadie más que él me oyera le susurré – Yo también te quiero.

* * *
Llegamos sobre las nueve y media, casi diez. Inés y yo les habíamos dicho a nuestros padres antes de salir del país que habíamos ido a la biblioteca a estudiar y que luego iríamos a tomar algo y ellos que estuviéramos en casa como muy tarde a las diez. Y por los pelos, cuando entré por la puerta faltaban dos minutos para las diez.
– Sam, ven a cenar, que se te va a enfriar la comida – me llamó mi madre.
– No tengo hambre, además, ya tomé algo con Inés – me excusé.
– Últimamente pasas demasiado tiempo fuera de casa, ¿no lo crees así, Annette? – le mi padre preguntó a mi madre.
– Tiene razón, ¿pero qué haces que pasas tanto tiempo en casa? – me dijo ella.
– Paso el rato con Inés, ya lo sabéis. Vamos a la biblioteca, alguna vez a la piscina… Como cualquier persona de mi edad – les mentí.
– Pero Sam… – me iba a reñir mi padre. Como ya estaba cansada así que le interrumpí:
– Mirad, ya soy mayorcita para salir por ahí con mis amigas. Ya he crecido, no soy la niña de antes, ¿lo comprendéis? Ahora me voy a dormir, que estoy cansada.
Me fui para mi habitación dejándoles allí, con sus rostros sorprendidos al darse cuenta de que ya no era la niña pequeña y obediente de siempre.
Cuantas cosas habían ocurrido en una semana, demasiadas para mi escaso cerebro. Y la historia de los hermanos era la más extraña de todas las que había oído nunca. Eran adoptados y los dos con poderes. Aunque lo de que eran hermanos solo políticos se veía venir.
Iván era muy pálido, pelo negro claro, como cenizo, y ojos grises. Y en cambio Leah era negra, pelo castaño oscuro y ojos verde esmeralda. Todo lo contrario, vamos. Y uno era de Rusia y la otra de Kenya, al este de África. Por suerte a los dos los adoptó una pareja rica de Tivoli, a pocos minutos de Roma, capital italiana. Eso sí que era suerte.
Lo que les había ocurrido en la Piaza di Spagna había sido una pequeña pelea entre ellos. Iván había picado a Leah y esta pensó en tirarle el vaso de Coca Cola pero él, no sabe cómo, le “leyó” el pensamiento y se apartó. Ella, con el impulso, se dio contra una farola y se hizo un corte. Lo miró y se le curó en un abrir y cerrar de ojos.
A pesar de estar a una hora en avión, podrían venir bastante a menudo, pues tenían un jet privado. ¡Qué envidia! Quién no quisiera tener tanto dinero.
Qué día más largo. Había descubierto a Will, me habían atacado dos locos (Samuel y Nicanor) y habíamos encontrado a los dos poderes restantes. Demasiadas cosas juntas. Llevaba un cacao en la cabeza que casi no sabía en que año estábamos.
Me acosté en la cama y a los dos minutos ya estaba dormida.
Sobras13 de diciembre de 2008

4 Comentarios

  • Diesel

    !Menuda intensidad has aportado al relato, Sombras!. Hes dejado una escena entre pat?tica y tr?gica llena de argumento para un desenlace verdaderamente apsionante. Te felicito. Un besote, linda.

    13/12/08 06:12

  • Dama

    Sobras, creo que voy a leer tus anteriores capitulos, los que me he perido. Entonces podr? comentar este con mayor conocimiento.

    Me gusta como escribes.

    13/12/08 06:12

  • Purple

    muy bueno sobras.. eres un as.. pero eso ya lo sabes.. eres genial.. un beso wapa.. chaussss

    13/12/08 08:12

  • Sobras

    Gracias a Diesel, Dama y Purple! Vosotros si que sois los mejores.
    Me despido de vosotros durante una semana que Purple y yo nos vamos a Andorra, a esquiar. Buena semana amigos!!
    Besos y ciao!

    13/12/08 09:12

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