Una noche de verano, calurosa la noche interminable.
Una luna nocturna, no una luna mañanera.
Una fuerte lluvia que duró horas y horas.
Una tarde triste, ella no tiene la culpa.
Unas olas que se escuchan a lo lejos porque cerca está el mar.
Unas palmeras ondeadas por el viento provocándolo aun más.
Todo lleno de melancolía, sólo un recuerdo, no un recuerdo feliz sino alegre.
Una hermana mía diciendo Rancho las Pila
Y una risa que provoca ese simple error de la señal de carretera que va rumbo a San Ignacio, Sinaloa, mi municipio querido en el que no nací.