Fuimos testigos de los más hermosos mitos que la mente humana pudo crear. Supimos generar un universo paralelo, o varios, y eso es importante. El mito sacia en ti cuanto no eres capaz de alcanzar procurando que formes parte de una realidad plena, o de un espantoso tormento o un apasionado amor.

La visión inicial, que los cultivados mesoamericanos tuvieron de los castellanos, no fue sino el descubrimiento del mito vacío, el cuerpo enlatado y una presencia acosadora llevando en sus manos símbolos de utilidad para socializar a los, supuestos insociables.

Hubo risas. La puesta en escena de un descubrimiento no supuso la adoración de dioses, sino el descubrimiento de la torpeza, el afán por negar el agua al cuerpo y unas denticiones propias de quien niega el gozo a a fruta.

Los señores de la guerra, emplumados portadores del jade y el poder sobre la vida no rindieron culto al cojo amancebado, ni al barbudo de un solo ojo, ni al amanerado timonel que cantaba coplas de tierras lejanas.

Descubrieron, con horror, que nada era mítico, que nada era ni siquiera europeo, ni alemán, ni alcanzaba a ser un pueblecito de Baviera, con su toque de pantaloncito corto y millones de vidas en el crematorio.

Duele el despecho de que rasguen tu suelo con bota calzada. Duele más que invoquen fe, cuando importan miedo. Hasta el mismo emperador de los cultos dominados reía ante la lujuría pueril del viejo acojonado por el jaguar. Las naves no llevaban dioses, ni portaban la belleza, ni olían a mezcal, pero hedían a sacrificios, del mismo modo que presintieron su asco ante las pirámides sacrificiales.

Por un instante, una carcajada desbarató los planes de los perdidos en la mar océana: todo lo demás o se sabe, o se calla.

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2 Comentarios

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  Voltereta

  Un texto que desglosa muy bien lo que supuso la llegada de los supuestos colonizadores, a tierras ya de por si plagadas, de culturas ancestrales.
  
  Tal vez el alumno fuera el que enseñara al maestro.
  
  Un texto sumamente interesante.
  
  Un saludo.

  21/03/15 07:03

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  Indigo

  La visión "civilizadora" interpretó nobleza y virtudes como debilidad. Detrás de cada palabra irrumpió la ambición, destruyendo los olores y sabores de la vida cotidiana, la relación con la madre tierra.
  La poesía del río fue estigmatizada, aniquilando el saber oral del abuelo, los calendarios lunares.
  Se decretó la muerte lingüística, el etnocidio de la humanidad indígena.
  
  Tu escrito revela los otros apocalipsis y holocaustos ocultos, quebrando los estereotipos implantados.
  
  Gran saludo amigo.
  

  24/03/15 12:03