Bastarda de Dios, Hija de mi
Padre.
Dicen que la tristeza me sienta bien.
Que en la comisura de mis labios hay mil notas de suicidio
y resuenan mudas en el eco de mis ojos.
que te quedas sordo al escuchar tanto silencio.
Que esa media sonrisa rota es hasta sexy.
Y las ojeras, qué bonitas ojeras, que te dan ese toque,
Nocturno, sombrío y misterioso
La piel clara, porque ni el sol, me nutre ya.
No soy más que un cadáver que deja la muerte a su paso.
Una niña loca bailando sobre los huesos,
En su jardín de cadáveres.
Creía que me gustaba.
Me acostumbré, a ser Alicia, en el país de mis propias pesadillas.
Me acostumbré tanto que las transformé en mi hogar.
Cuando me aburría de las mismas de siempre buscaba otras.
Pesadillas, siempre pesadillas.
La dulce forma de autoboicotearme, de rajarme la carne sin cuchillas.
Rompiéndome la mente, el ego, el autoestima.
Dejando que me lo rompieran otros también.
la autodestrucción que me hace ser persona
y la que me hacer arder en el puto infierno.
Pero es que si no me quemo, no existo.
Yo misma inundo el cielo con gasolina, si me toca al final,
y le prendo maldito fuego.
Me quemo delante de todas las buenas almas que por hipócritas ascendieron.
Mientras le miro a los ojos a Dios.
Él sabe que yo sé, que solo quiere borregos.
Y a su rebaño cuida.
Y si escapas de él te enfrentas a los lobos.
Pero ¿Quién nos hace lobos y quien nos hace corderitos si no somos nosotros mismos?
La oveja negra no es más que un lobo recién nacido.
Y los demás borregos perros que no se atreven a morder la mano del que bajo su yugo les da de comer.
Pero yo no soy ni loba, ni cordera soy humana, y mi padre, ese que dicen que es mi padre,
al que en llamas miro a los ojos.
Me creó a su imagen y semejanza.
Si soy como él ¿Por qué me castiga?
Si soy como Dios, el único ser divino ya no es él.
A nadie le gusta que le quiten el poder.
Al infierno de cabeza como te subas encima.
Qué jodido castigo sufrir la penitencia del miedo ajeno.
Una vida eterna calcinándome con los bastardos de Dios.
Consumiéndome porque a los demás no les gusta lo que hago.
Estoy tan quemada que hasta me sabe la boca a ceniza.
Incluso veo bonita la eternidad en llamas con los de mi calaña.
Incluso siento que Satán me perdona la vida,
Y Dios, me la estás quitando.
Todos mis miedos que a la vez son los tuyos, los convertí en mi hogar.
Te lo había dicho.
Me creaste para sembrar el caos, así como lo siembras tú con tu secta.
No salvas las almas, las destruyes a base de hipócrita bondad, camuflada en esclavitud.
No soy de las tuyas, nunca lo voy a ser.
Yo tuve otro padre a parte del padre de todos,
El que me trajo al mundo,
y el que me enseñó a no creer nunca en ti.
Ese también era todopoderoso a tu imagen y semejanza.
Y ese es el que guía,
Mi alma libre en este sucio cuerpo humano.
Si quieres ser Dios, te lo tienes que creer.
Y como la biblia dice: Dios es Único, no hay más que un solo Dios.
Es mentira y vengo a demostrarlo.
