Basura Mental.
El dolor es lo que nunca quisimos
Y lo que tenemos
Lo que queríamos, nunca lo conseguimos
Y aquí estamos, corriendo en círculos por la ciudad, como perros abandonados en la circunstancia de la vida, buscándole el sentido a todo lo que nos ocurre, al bache que no logramos superar, a la soledad, a la compañía, no me apetecía hablar de amor esta vez, quiero hablar de esa soledad que se siente constantemente, en la mente, en el ambiente, dentro del pecho, ese vacío emocional que nos llenamos con cualquier estupidez, esa ampolla que nos ha salido en la palma de la mano por agarrarnos a un clavo ardiendo, a uno detrás de otro, para no sentirnos tan vacíos.
Nacemos completamente solos, también morimos así, y dedicamos nuestra vida a buscar desesperados como un mendigo hambriento oteando por el suelo un pedazo de pan duro, algo a lo que agarrarse, porque nadie quiere aceptar las consecuencias de la vida, nadie quiere aceptar su trágico y frío final en una caja astillada a unos metros bajo tierra, o convertido en polvo carbonizado y cenizo.
La cuestión es el miedo, desde pequeños sabemos que tenemos que ser cuidados por alguien, que siempre hay alguien que nos protegerá, de los monstruos, de los fantasmas, de todo lo que conlleva estar solo, somos humanos, una especie social, pero al igual que los lobos siempre hay alguno solitario por H o por B siempre está aquel perro viejo apartado de la manada, que anda cabizbajo y pensativo, que siempre tiene una sonrisa para el mundo aun que por dentro esté hecho pedazos, ese que recorre el camino solo mirando de reojo a los demás, ese ser atípico que nadie está buscando. La soledad duele, podría decir que duele incluso más que el amor.
No nos gusta sentirnos solos y creamos una insana dependencia hacia los demás.
Porque es aterrador estar solo y peor sentirse así.
Estoy cansada de sonreír a todo el mundo, de tener la mirada firme y los labios fruncidos, hoy estoy harta de echarle un par de huevos al asunto, me he cansado de mentir, de decir que estoy bien, solo necesitas gritar a los cuatro vientos ¡No, no estoy bien! Y no quiero que nadie se compadezca de mí.
Simplemente hace años ya que no le encuentro sentido a mi vida, que no entiendo el por qué de las cosas que me ocurren, no sé por que me siento así, ni sé por qué no me gustan los actos de las personas ¿Es que no hay alguien afín a mí? ¿Por qué de todas las personas que pasan por mi vida, de todas ellas, no hay ninguna que perdure? Aún así haciéndolo todo bien, nadie se queda, nadie me gusta, y no le gusto a nadie. Pero cuando llega, cuando todo empieza a salir bien, cuando todo va genial, siempre hay algo, siempre ocurre algo, el universo se pone de acuerdo con satanás y me lo arrebata, y no le encuentro el sentido.
A veces creo que la conciencia el hecho de ser conscientes de todo lo que hacemos y no estar mecanizados o no tener tantos instintos como el resto, nuestra inteligencia, preguntarnos tantas cosas, buscar significado en lo que hacemos, pensar en el destino, la mala suerte, esas cosas.... a veces pienso que simplemente no hay nada, somos el fruto de un error casual, esto de evolucionar hacia un cerebro como el nuestro, pero quien sabe quizás no seamos una norma en el universo, a veces creo que existimos pero que no significa nada mas, somos igual de importantes que una hormiga o un molinillo de viento, no hay nadie velando por nosotros en el otro lado d la galaxia como imaginamos, quizás el mundo sea vivo y mecánico sin inteligencia donde pasan las cosas por que sí y te jodes.
