Aquella tarde reunidos en una fría sala de reuniones iluminada por una tenue luz de tubo, el señor de corbata les preguntaba cosas de las más variadas.
“Por qué quieren trabajar con nosotros”, por ejemplo.
-Por la experiencia- decían algunos. – Porque es una gran empresa- se oía desde el fondo. Por la plata, pensaban todos.
El señor de corbata los examinaba con atención, después de todo, sabía que no había lugar para el error. Tenía siete aspirantes a hamburguesero multinacional, y una sola máquina hamburguesera huérfana de operario. La que estaba por tomar era, sin lugar a dudas, una decisión que habría de afectar al mercado hamburguesero global. Y no fuera a ser cosa de ofender a los popes del negocio ni al señor de corbata que él mismo tenía por jefe.
Los estudios grafológicos, análisis psicotécnicos y el exceso de acné juvenil habían ya minado las esperanzas de gran cantidad de aspirantes. Sólo dos quedaban en la gran sala. Dos y el señor de corbata que no paraba de caminar de un lado al otro revolviendo ideas en el interior de su calva cabeza; finalmente indicó a los dos solicitantes que abandonaran la sala y tomó asiento. Él había progresado, había arrancado como esos dos púberes que lo aguardaban a una puerta de distancia y había llegado a ser un señor de corbata hecho y derecho, él conocía sus capacidades, nadie había hamburgueseado jamás como supo hacerlo en sus mejores tiempos.
Asomó su cabeza por la puerta entreabierta e indicó a los jóvenes que se retiraran a esperar en sus casa el llamado de la Empresa. Dejaron el edificio sin saber que los planes del señor de corbata eran otros; tenía que hacerse cargo de la situación, se lo debía a la empresa que había hecho por él mucho más de lo que jamás él hizo o pudiese llegar a hacer. El lunes siguiente a las seis y media de la mañana encendió la máquina hamburguesera del local de Florida, y con ella se pusieron en marcha los viejos recuerdos impregnados de nostalgia y mucha pero mucha fritanga. El señor de corbata y ahora también pins sabía que estaba donde debía estar, después de todo, es bueno pertenecer a una compañía que brinde oportunidades de crecimiento laboral.
¡Bravo señor de corbata!

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8 Comentarios

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  Adriel

  Me gustó. Mitad porque está bueno el texto, mitad porque están cocinando hamburguesas en mi casa en este mismo momento y el olor ayudó a crear un buen clima.

  10/03/08 02:03

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  Sudasudaca

  jaja, gracias Adriel.

  10/03/08 03:03

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  Shadow

  Me gustò. Los señores de corbata son tristes, se pierden la vida completica y ni idea de que la pierden. Pero este señor de corbata es un poquito màs inteligente, se regresò a la màquina de hamburguesas y de allì a la puerta de salida hay menos pasos.

  10/03/08 06:03

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  Alguien

  MAS RECURSOS HUMANOS QUE SERES HUMANOS, leiste los nadie de galeano?..." que no son seres humanos, sino recursos humanos, que no tienen cara sino brazos..."

  10/03/08 08:03

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  Alguien

  pusiste capitalismo en los tags??, bieen compañero, ojala para mi idea sin concretar te sumes...

  10/03/08 08:03

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  Franco

  CAPITALISMO,SUCIO CAPITALISMO!!!!
  
  COMPAÑEROS
  
  BIEN 6 PUNTOS

  10/03/08 11:03

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  Sudasudaca

  Alguien: exactamente la frase es del gran Eduardo, y la inspiración también le pertenece.

  11/03/08 01:03

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  Alguien

  OJOOOO! : el compañero de el nick gringo no hizo alucion alguna a la alienacion, el biopoder o el capitalismo en los tags... a él!!!

  11/03/08 10:03