TusTextos

Esto No es un Relato Porno

He calculado que llevo aproximadamente novecientas sesenta y siete horas de contacto entre mi lengua y su boquilla incansable y él siempre busca esconder su codo entre mis piernas. No hay nada que ame más que la melodía de sus gemidos al rozar su cuerpo con las yemas de mis dedos, de arriba a bajo, una y otra vez.

Y es curioso, porque él siempre empieza con frío, y termina ardiendo, como si de verdad le hubiese gustado. No habla, solo ruge, gime, chilla; a veces se ahoga, o más bien le ahogo, y entonces sé que ha entrado demasiado dentro. Y, cuando acabamos, siempre lo beso y le seco el sudor y la saliva que ha quedado por todo su cuerpo.


Porque hemos aprendido ya mucho el uno del otro después de tres años tocándonos, casi todos los días, como buena saxofonista y saxofón. 5-11-16
Superandoloimposible10 de noviembre de 2016

Más de Superandoloimposible

Chat