Soy incapaz de ofrecer una mirada alegre al espejo. Lo he intentado de mil formas: sonriendo, de perfil, con el flequillo retirado... Y tan solo veo pena. No tengo ganas de engañarme a mí misma como hago con el resto. Aveces me doy asco por creer, por seguir sintiendo, por enamorarme... Bueno, por eso último no. Por eso tan solo me siento una completa incompetente. He descubierto que te extraño cada día más, y eso que no puedo extrañarte. Me he dado cuenta de que cuanto más actúo ante el resto, peores son las noches en las que actúo frente a mi. Sé que podría haber sido yo si no fuera por esta estúpida distancia. ¿Lo sé? No, en realidad no sé nada. Tal vez todo fuera un engaño, o tal vez ahora llevaríamos un año y cinco meses. Oigo y veo nuestro número por todas partes: en una antigua casa abandonada, en la fecha clave de un episodio policíaco... Y ninguna me da esperanza. ¿Y sabes por qué? Porque ya la he perdido. Porque me he cansado de siempre la misma historia, sobretodo de su final. Quiero cambiarle, que sea solo una continuación del nudo de nuestro cuento. Y sé que llegará el momento en el que nos veamos pero ¿qué pasará entonces?
