Tijeras Del Recuerdo.
Puede que pareciera que Lidia estaba leyendo, sus ojos seguían adecuadamente cada línea que antaño Charles Dickens se había molestado en escribir en su famoso "Cuento de Navidad". De echo su voz interior repetía cada palabra, como si quisiera convencerse a sí misma de que compartía el mismo miedo de Scrooge, pero su miedo era diferente. Su mente no pensaba en Marley, sino en un fantasma aún peor, más diabólico, más difícil de complacer: el fantasma de un pasado que no pudo ser olvidado.
Ella ya contaba con todo esto. Sabía que ese recuerdo la acompañaría el resto de su existencia, como una cadena hechizada sin candado ni enganche, apresada alrededor de su muñeca, su mente y su corazón. Y precisamente eran esos tres lugares los que hoy la recordaban una época oscura, bautizada por el dolor y un placer poco común.
Su mano, su mano izquierda no solo sostenía el libro, también era víctima de un intenso cosquilleo que nacía debajo de su reloj y se extendía a lo largo de su brazo. Una presión había conquistado todo su pecho, como si ansias, nervios, miedo y rabia se reunieran a la vez en un mismo punto. Pero, sin duda, lo peor de todo eran las horribles imágenes que se paseaban burlonas por sus pensamientos, tentándola injustamente, sabiéndo que ahora ella estaba más indefensa que nunca.
No quería rendirse, tan solo por respeto, no a ella, sino a quién había dado su tiempo y calma para ayudarla. De eso ya hacía casi dos años, ella lo había echado todo por la borda. Ahora ella tenía un presente digno, aparentemente más feliz, pero tapado por unos recuerdos que luchaban por volver a ser su hoy.
Si continuó leyendo o si sustituyó el libro por las tijeras después de más de un año lo ignoro, yo solo pude cerrar los ojos e intentar olvidar. Tenía que concentrarme para el exámen de lectura de "Cuento de Navidad".
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Sandor
Bonito y sugerente relato.Me ha encantado.
Saludos
Carlos
16/11/15 04:11
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Superandoloimposible
Muchísimas gracias. Sí, era mi intención sugerir. Un besazo!
16/11/15 08:11
