Después de dos horas de lectura, me encontraba extrañamente relajada. Era la una y media de la madrugada de una noche de verano como cualquier otra y la ventana entreabierta dejaba entrar el ruido que el aire provocaba sobre la persiana, a pesar de ser un patio interior. Yo no tenía ni frío, ni calor; vestía un pijama veraniego que me hacía sentir bastante libre. Todo se concentraba en mi vientre y en mi pecho, donde un sin fin de sensaciones parecían entablar una lucha encarnizada por ser la más destacable. A pesar de mi respiración relajada, sentía un gran vacío. Por primera vez pensé en mi ex de una forma nostálgica, sin el filtro del odio, pero pronto me di cuenta que aquella extraña sensación no venía de esos recuerdos, sino de otra incertidumbre. Venía de mi no novio, como me gusta llamarle. Él es en realidad mi exnovio, mi amigo, mi amado, mi salvador, mi extraño... Todo a la vez. Y entonces empecé a recordar esas noches de impotencia ante la distancia, el miedo, la frustración, la pasión... Amar a una persona a la que no conoces no es fácil, y menos durante dos años y medio, con chicas, chicos e incluso tragedias entre medio.

En ese momento me dí cuenta que necesitaba un fuerte abrazo, da igual de quien fuese, pero que doliese en los huesos para aliviar el alma. Y creo que sigo necesitándolo. 30-06-16

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2 Comentarios

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  Escriboaratos

  "Necesitaba un fuerte abrazo.. da igual de quien fuese, pero que doliese en los huesos para aliviar el alma".
  
  Me pudo el final, ¡Me encanto!
  
  

  24/09/16 01:09

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  Superandoloimposible

  Muchísimas gracias "Es" (si me permites nombrarte así), me alegra muchísimo que te gustase. Un beso!

  24/09/16 10:09