Él
ÉL
Estoy en un punto en el que no sé muy bien que hacer. Por más que un camino, un camino que me ayude a seguir adelante no veo el final de ese camino. Es como si estuviera en un túnel, a oscuras, y no veo esa luz al final del túnel que te diga, sigue, ya queda menos. Y creo que es porque me encuentro estancada en un punto. Es como si algo o alguien me estuviera reteniendo, como si no quisiera que avance, como si me estuviera diciendo que aún no he llegado al final del capítulo y que aún me queda mucho por leer.
Sinceramente creo que aún no nos hemos dicho todo lo que queríamos, que a mí no me han quedado claras las cosas, que tengo dudas por resolver y que solo esa persona puede resolvérmelas; y creo que esa persona aún le quedan muchas cosas por decirme, siento que me está ocultando cosas.
Lo único que puedo hacer es esperar, esperar a que esa persona me aclare mis dudas y que si de verdad hay cosas que no me ha dicho, por no hacerme daño o simplemente porque no es capaz de decírmelas; esperaré a que llegue ese momento. Porque creo que lo de esperar se nos da muy bien a ambos, aunque esa persona puede que se haya cansado de esperar, yo aún seguiré esperando, porque creo que ese sentimiento no se le ha llevado el viento, creo que aún sigue despierto en su interior. No sé porque lose, pero es algo que creo, porque no puedes olvidar a una persona tan fácilmente, eso lo estoy comprobando yo, que intente olvidarte y no fui capaz de hacerlo, y menos si lo que sientes por esa persona es algo tan fuerte que ha seguido intacto durante mucho tiempo, y que aunque siempre has obtenido respuestas negativas, cada día ese sentimiento era más fuerte.
Y sí, ahora me doy cuenta de que me tenía que haber montado en ese tren. Que no lo tenía que haber dejado que saliera del andén. Pero siempre se dice que te das cuenta de las cosas que tienes, de las cosas importantes y que tienes al lado, cuando ya no las puedes tener.
No sé si el destino es cruel conmigo, con los dos, porque si no es uno es el otro, pero una cosa tengo clara es que si el destino cruza tanto nuestros caminos, nos marca tanto, nos deja huella, será por algo, algo que tendrá que salir a la luz tarde o temprano. Porque si no, no podremos seguir adelante, es como tener una espinita clavada y hasta que no se arranca no podremos estar bien. Porque no elegimos de quien nos enamoramos, no somos dueños de la persona que nuestro corazón elige.
Ahora sé cómo se ha tenido que sentir esa persona tan importante en mi vida cada vez que recibía una y otra vez, una respuesta negativa por mi parte, pero aun así seguía intentándolo.
Ahora sé que lo que sentía esa persona era verdadero y que siento haberle hecho sufrir tanto.
Ahora me doy cuenta de que esa persona vale la pena, que es verdadero, que es muy grande, que no merece sufrir, y que tiene un corazón que vale millones.
A pesar de todo, lo bueno e incluso lo malo, TE QUIERO.
