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Pequeñas Alegrias

Pequeñas alegrias
Serafin Alarcón

“El mundo esta lleno de pequeñas alegrias, el arte consiste en saber distinguirlas” - Li Tai Po

En un mundo en donde la contaminación del ambiente es la orden del día, en donde las ballenas son vilmente acecinadas, niños duermen en las calles de algunos países, donde hay todos los días nuevas epidemias, guerras por encargo, hambre y miseria… ¿Serán aquellas palabras del antiguo poeta chino una realidad? Aun guardo la esperanza en mi corazón…

En estos últimos años mi país (Puerto Rico) como el resto del mundo ha estado sufriendo de una terrible crisis económica, social y espiritual. Una crisis económica provocada por la avaricia de algunos y la corrupción de otros… Una crisis moral alimentada por figuras publicas de todo orden. El uso de drogas, el trasiego de estas y de armas, el mal uso de nuestra sexualidad, el alto consumo de alcohol, la proliferación de juegos de asar, la corrupción en nuestros Tribunales, Senado y poder Ejecutivo poco a poco han llevado a nuestro país al borde de un precipicio, a una segura implosión. Y por supuesto, la pregunta de rigor es: ¿Qué hacemos los cristianos?
Hemos de una manera u otra sido cómplices poniendo en posiciones de liderazgo a personas de poca estatura moral y espiritual. ¿A cuantos hermanos hoy les hablamos de Jesucristo sin tratar de imponer nuestro criterio religioso? Hablar a otros de Cristo como él hablaba al pueblo de su Padre… ¿Me entiendes?

Pequeñas alegrías… Si, todavía quedan. Cada vez que veo el rostro de mi hijo Dieguito o escucho uno de esos comentarios singulares que me hace mi hija Clarimar, me doy cuenta que hay esperanza, que hay mil razones para que yo, como hombre de Dios, intente hacer la diferencia. Tengo que aprender a distinguirlas, debo confiar en que Dios al final cumplirá con su propósito en mi vida, en los de mi familia y mi país.
Amado hermano que lees estas líneas hoy te invito a que saques tiempo para hablar con tu Creador, que sea este nuevo día una maravillosa oportunidad de ver las pequeñas alegrías que aun nos quedan por vivir.

Hechos 2: 44-47
44 Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común:45 vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.46 No dejaban de reunirse en el *templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad,47 alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.

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Tablitas130 de septiembre de 2009

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