Ataca al león dormido.
Desvístete de seda.
No vuelvas a nuestro nido,
donde ni las brasas quedan.
Que tus celos no tiñan el cielo,
ni te quedes atrás por mí.
Que el gemelo de mi flagelo
no me c...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar