Sentado sobre una piedra, frente a viñedos cuya mirada no alcanza a ver, se observa las manos
arrugadas, vacías; los pies cansados, callosos, viejos. Y su ya escasa memoria recuerda dulzonas
vaharadas...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar