Por fin consigo abrir los ojos y veo que mi coqueto despertador de viaje marca las ocho en punto de
la mañana. El timbre de la puerta lleva un rato sonando desvaído, como la sirena de un barco que
nau...
Había una vez, un lugar muy lejano, donde el muelle era salado, porque olía a sal cuando el viento
jugaba a soplar y en las noches de bruma la luna se escondía en los barcos anclados al borde del
mar,...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar