Agonizando en la cama, Don Sindacco todavía hizo el esfuerzo de llamar a Susana, su enfermera
personal.
- Susana Dijo el viejo entre tos y roncos ajustes de garganta ¿Podrías hacerme el favor de ...
Tengo cuatro versos en la espalda
Quince en los ojos
Tres en los pies
Veinticinco en el pecho
Siete en los muslos
Y los voy soltando
Y los desparramo
Tengo ocho versos en la boca
Y quiniento...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar