Si, tu disparaste primero, pero esa bala nunca llego a herirme.
No me pesa, ni me duele, ni siquiera sangro, sin embargo nunca olvido, pero tampoco te engaño.
Deja ya de tratarme como una niña,
...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar