¿A dónde te escondiste, amado
y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero,...
Dame palabras, como si derramaras sobre mí
el ansia de un saber secreto,
la lujuria del sentir,
la esencia del sentido.
Sonoridades abiertas a la excelencia de la tarde
y éfímeros cantos.
El so...
(A Teresa de Jesús obligada a ser santa y no reconocida como mujer y amante)
Dame de tus manos el don del amor
y déjame, a tu lado, llamarte Señor;
¡ mi señor enamorado!
Dame tu presencia y el f...
En ese lado inexistente del tiempo dejas de ser. Tocas las yemas de tus dedos y las percibes
transparentes, translúcidas. Has dejado de aprender a mirar para aprender a ver. El ojo es una
máquina natu...
La nada no existe. Y menos ,cuando la relacionan con el amor,muchos intentan inundar, con el
desabrido mar de la nada, un sentimiento que siempre lo tuvo todo: color, aroma, sabor, continente,
pasió...
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