Arrojé una piedra al cielo
con tan buena puntería
que cayó herido en mis brazos
el Dios creador de la vida.
Caminé muy pensativo
con su cuerpo desmayado
apretándolo bien fuerte
sobre mi débil...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar