Se lanzó al cuadro y desapareció entre risas y gritos espeluznantes, como si de un perturbado se tratara. Jamás volvimos a saber nada de él, pero un olor a flores marchitas comenzó a inundar la sala d...

Cómo no recordarla si el sol moría en sus brazos, si la luna dormía en su piel y las sirenas cantaban en sus pantanos. Cómo... si sus ramas se enredaban detrás de sus oídos y trepaban hasta t...

Era un canto dulce Que inspiraba confianza. Y su voz... Se unía sutilmente con el sonido del mar Era imposible no escucharla. Disimuladamente invitaba... A cumplir los más extravagantes sueños. ...

Me ahogo en la rutina de un mar que me envía olas, una tras otra. Todas son iguales y sin embargo debo auparme a cada una de ellas para seguir llenando los pulmones de un aire que me mantiene vivo, pe...