TusTextos

Alas Rotas


Desde entonces y hasta entonces fui aprendiendo, sin acostumbrarme, a convivir con tu sombra dibujada en todas partes, a dormirme presintiendo tu brazo en mi cintura y tus palabras muy bajitas mordiéndome los oídos en una angustiosa e inconclusa melodía por el regreso. Era tan vehemente tu brindis por la vida, eran tan fuertes tus certezas y tan grande tu empeño y valentía que, sin saberlo, hacias que recobrara aliento el alma que se me partia.

En mi retina impregnado está el gesto de unas alitas rotas que se alzaban con esfuerzo para abrazarme al verme llegar, en mi retina restos del brillo de tu mirada y de tu sonrisa imperceptible, en mi retina la lectura de un salmo sólo escrito para los dos.

Mi cumpleaños…surge de abajo de las sábanas tu regalo, vaya saber quién cumplió tu pedido, más sorprendido que yo quedaste mirándome de aquella forma que nunca olvidaré y yo…estática, dijiste con tanta dulzura: “dame un beso” y te cubri la cara, los ojos, la frente con toda la ternura de que fui capaz.

Más tarde, bandada de pájaros se amotinaron en mi ventana, algo que nunca vi, revoloteos y canto de tan grande algarabía me enmudecieron y súbitamente paralicé. Perdi el suelo. El mundo cayó sobre mi. Sabía que eras tú…eras tú que habias venido a despedirte. Que nadie me llame loca, porque lo dije… a gritos lo dije.

Hasta entonces solia mirar a los pájaros y reflexionar sobre la mágia del vuelo y de la libertad, desde entonces evito mirar el cielo para no ver alitas rotas y cerré aquella ventana para no ver el adiós. Que cobardia!!! que inútil actitud!!! nuestro nido, como tú lo llamabas, permanece, tu sombra araña su media esfera y tu calor se acomoda a su manera muy dentro de mis artérias.

A tan pocos días de ese día que por años celebramos vengo a dejarte las últimas palabras de las tantas que te escribí. Vacío está todo, el torrente de horas transcurre inócuo inundando mis valles y el silencio y el dolor son los únicos habitantes que se sumergen, se ahogan y renacen dentro de mis paupérrimos albergues y permanezco inerme con la mirada absorta e incrédula en increíble equilibrio sobre los arcos de mis puentes que siento hundirse en las arenas de mis cavernas.

(Para ti, tantas flores como años nos tuvimos...)

Tati17 de enero de 2009

1 Comentarios

  • Alfarache

    Sentido texto para un recuerdo, que lejos de servirte de tortura por la pérdida, debe servirte del acicate que te anime a seguir viviendo con la alegría de su presencia dentro de ti, como homenaje a él, que seguro será su deseo.
    Un afectuoso saludo, Tati

    26/10/11 09:10

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