TusTextos

Acabó Llevándoselos Lejos, Los Versos.

Nos dejamos caer por tener alas. Nos tiramos al precipicio una vez más. Sin seguros, a todo riesgo. Tuvimos la oportunidad de ser. Ahora lo entiendo. Ahora es tarde. Te juro que te quise, aunque fuera por un segundo, lo hice. Te quise. También te odié.

Más.

También inventamos aquel juego del reproche, en el que el primero que lloraba perdía, ¿te acuerdas? Debimos haberlo patentado cuando todavía podíamos vernos. Vernos, no mirarnos. De mirarnos hace ya varios reclamos.

O más.

Quisimos ver dentro del alma del otro. Conocer todo aquello para lo que vivíamos, liberar algún que otro daño, curarnos a besos. Y una vez más no fuimos capaces de aguantarnos demasiado tiempo. La paciencia no era nuestro fuerte.

Y más.

También quisimos encañonar demonios y disparar versos al viento. Pero tampoco salió como esperábamos. El viento, acabó llevándoselos lejos, los versos. Los demonios los seguimos llevando dentro.



Y no sé para qué coño pago un psicólogo.
Temblando22 de julio de 2016

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