YA NO...

Le he dicho que no quiero verlo, ni tenerlo cerca; incluso pensar que pueda estar en mi calle me resulta altamente irritante. Estoy tomando medidas, le dije a mì portero que no permita su entrada, impedirle que suba mis escaleras para llegar a mi puerta.
Mil veces se lo he dicho en todas las expresiones posibles. Le hablé de mi falta de ganas, de la muerte de expectativas a su vera, de mi deshacer diario ante todas sus exigencias. Le he dejado notas en su principio, que terminan siendo libros en los que me explayo en desidias, esas que me produce su compañía.
Ésta vez quiero algo diferente, por de pronto mi actitud asì lo pretende: quiero intentar el intento de alejarle, de soltarme de su peso. Estoy cansada de que me emborrone el blanco con lo oscuro de su negro, muy cansada, si es que ya no puedo.
Mi suerte es que no hay documentos que me empujen a su encuentro, no hay firmas de un acuerdo, no hay obligado cumplimiento: hay persona en crecimiento.
Es cierto, le he dicho que no quiero verlo, y tan sólo obligada por ley, consentiría yo hacerlo.
Que no! Que yo no quiero!! Sé de la vida con él, de lo que representa quererlo, el desfondarse para estar a su altura; que no! Que yo no quiero!!
Asì que busca otra calle, escalera y puerta, busca otra mujer que te ponga el Don delante, porque para mì tu nombre es en minúsculas y a secas...pesimismo: asì, como suena.
Primero voy a darme a mì misma yo, y acto seguido iré buscando contraparte, con dos premisas en ello;que de ganas calce con la vida, y de nombre tenga Optimismo, que ya le pondré yo el Don delante, para que tenga mucho màs arte!!

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