Un Cuento de Hadas, y una
Historia de Amor Desmenuzada.
Parte 3
Pasaron los meses y la palabra que dibujaban sus labios con mayor frecuencia era “Perdoname”, yo estaba totalmente ciego y enamorado, por lo que no entendía nada, no entendía que estaba pasando. Lo único que pensaba era en seguir con ella, por eso le decía “No te preocupes, está todo bien” tratando de calmarla y darle todo mi apoyo, quería que sepa que yo estaba ahí, con ella. Un día, de esos nefastos que uno trata de olvidar rápidamente, me llego su confesión de que sentía que ya no me amaba, pero quería seguir junto a mí porque decía que yo era perfecto para ella, era la persona que siempre buscó, que siempre soñó y no quería perderme. Pasaron unas semanas y este “rechazo” de su parte, comenzó a incomodarme y lastimarme… No tuve más remedio que plantearle lo que me pasaba, y le pedía que piense en una solución, ya que no se puede mantener una relación así donde una sola persona es quien realmente siente cosas por el otro. A todo esto ella me preguntaba, “Me vas a dejar?”
Por qué? Por qué tenía que atacar mi lado más sensible? No! Obviamente no podía dejarla , jamás, soy incapaz de cortar una relación con alguien, y menos cuando estoy enamorado de esa persona, estaba dispuesto a seguir, a sufrir, y a esperar todo el tiempo que sea necesario para que ella pueda sentirse cómoda y enamorarse nuevamente de mi.
Entonces, volvíamos a lo de siempre, “Perdoname”, “No te preocupes, está todo bien”. Ya resultaba ser bastante incómoda la situación, mi dolor se acrecentaba, mi llanto era ineludible, la relación no daba para más, pero yo, incapaz de lastimarla, incapaz de decirle “Tiro la toalla, abandono todo acá” Seguía soportando el dolor de sus puñales, todo con tal de verla feliz y no causarle dolor.
Así fue que llego el día, “Tenemos que hablar, y no es algo lindo lo que te voy a decir”… No hacía falta aclarar nada más. “Si ya me imagino” fue mi respuesta… Hablamos, discutimos la situación, y terminó diciéndome, “Necesito estar sola”. Todo había terminado, y de la peor manera posible, no solo había sido yo quien sufrió a lo largo de toda la relación, quien se sacrificó realmente por sacar todo esto adelante, sino que además cuando la situación ya no daba para más fue ella quien tiro la toalla. Mi dolor en ese momento era indescriptible, y luego comenzaron a surgir todas las preguntas… “Realmente me quería?”, “Si era cierto que me amaba por qué hace esto? Que acaso no va a pelear por este sueño”, “Estuvo conmigo nada más para buscar refugio de su relación anterior y levantar su orgullo haciéndole a otra persona lo mismo que le hicieron a ella?”, “Fue todo una mentira tan obvia que yo deje pasar porque no era capaz de entender la realidad de que en esa relación no había amor?”, “Todas sus palabras fueron vacías?”, “ Entonces no sentía nada de lo que me dijo y se llenaba la boca con mentiras?”
Esa fue la última vez que hablamos, ya pasaron más de cuatro meses y no volvimos a tener contacto. Todavía no encontré respuesta a ninguna de esas preguntas, lo único que sé es que mis heridas aun no cierran del todo, y la duda me sigue atormentando.
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Libelle
Interesante relato siento el final pero es el mas acertado . Animo y escribe saludos
20/02/12 05:02
