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La Bestia, un Relato.conclusión

Me entrevistaron a las cuatro de la mañana en mi piso de apenas 40 metros cuadrados. Esto es lo que respondí a una de las preguntas:

"La bestia es un relato sobre la encarnizada lucha del ser humano masculino contra su instinto asesino primario. Un pequeño cuento sobre personas que eligen y determinan su destino dejando que su enajenación les domine o, por el contrario, luchen por mantener un equlibrio que les permita dominarla y, en consecuencia, vivir en paz. También es una aproximación a la narrativa no lineal y un intento por transmitir ciertos conocimientos intrínsecos a mi persona en cuanto a las relaciones paterno-filiales. Todo esto tejido cuidadosamente a lo largo de meses de esfuerzo incalculable, de apuntes inacabables y de pérdida de la razón constante bajo la palabra..."

La muchacha que me entrevistó quedó asombrada. Tanto que pude cepillármela tras las doce preguntas posteriores. Bueno, en realidad no lo hice, pero en mi defensa diré que tras verla marcharse por la puerta de entrada/salida ya había imaginado, por lo menos, treinta y tres modus operandi para aproximarme a ella en el plano sexual. Como siempre quedó en nada, porque mi imaginación es mucho más rápida que mi capacidad de ejecución de la voluntad.

Tras todo eso decidí sentarme en la butaca del comedor a ver la tele. Buscando alguna tipa que me hiciera gracia (no necesariamente desnuda o ejecutando actos própios de un filme pornográfico) para poder masturbarme y aliviar, de paso, las tensiones acumuladas durante el día.

Después de eyacular me dirigí a mi habitación, me estiré en la cama y, como hipnotizado por algún motivo sin concretar, me quedé mirando al techo con la luz apagada. Pensé en mi obra literaria. Pensé en los ríos de palabras que salían de mi mente y quedaban plasmada en papel o en la pantalla de mi ordenador portátil. No quise pensar en mi vida. La había desperdiciado hablando y escribiendo estupideces que algunos críticos explorarían desde diversos ángulos para sacar conclusiones poco acertadas y totalmente alejadas de su significado primordial. Todo era una farsa y la más grande de todas era yo mismo. Por eso yo...

Yo soy la bestia.
Transhumante01 de noviembre de 2010

6 Comentarios

  • Norah

    odo esto tejido cuidadosamente a lo largo de meses de esfuerzo incalculable, de apuntes inacabables y de pérdida de la razón constante bajo la palabra...", haha, que ironía letal.Excelente, saludos.
    Y el principio fue final o al reves, no importa.

    01/11/10 03:11

  • Transhumante

    Gracias por tu observación y tu fidelidad a la historia. Espero que sean de tu agradolos futuros textos.

    Saludos

    01/11/10 08:11

  • Norah

    Prefiero antes que la palabra fidelidad, es demasiado ...frágil, la palabra lealtad, a lo que considero talento,a la espera de nuevas letras, saludos.

    01/11/10 09:11

  • Norah

    Perdon, tambien una asesina confesa haha.

    01/11/10 09:11

  • Nemo

    Ya está... Lo has concluido de buen forma. Todos tendremos que librar (si queremos) una batalla contra esa bestia que se erige más seductora que la vida pre establecida.
    Saludos muchos! ya segurié leyendo lo nuevo tuyo.

    03/11/10 04:11

  • Transhumante

    Muchas gracias. Espero no aburrirte a continuación.

    Saludos

    03/11/10 09:11

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