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...vida Encontrada...

Crecia y crecia, me quejaba de esta vida mia,
como una copa de veneno gota a gota,
como un dolor pegado a mi piel
que peleaba mi propia existencia.

En mis días no podia hallar
tranquilidad y alegria. Buscaba más.
¡Pobre tonta! me decia, ¡No reiras jamás!
ese placer no llegaria a gozar ni aunque supiera.

Hasta que un día cuando mi alma amargada
y apenada no encontraba mi tranquilidad,
vestida por un velo negro de tristeza
pude sentir en mi alma una sensación.

Sentí como si estuviera fuera de mi
y que mis ojos estaban buscando,
no supe si mi cuerpo se movió
pero mi alma al cielo se elevó.

Una voz me dijo -tonta mortal-
que vienes al cielo sin arrepentimiento.
Bajo tus pies verás toda la crueldad,
allí conocerás lo que es la maldad.

En la oscuridad, que parecia infinita,
una imagen apareció de poco a poco
entre tinieblas. Mi vista percibia
multitudes en una gran caverna.

Había madres con niños en conflictos,
personas que sudaban y perdian
sus vidas trabajando, más vivian
sin descanso, en futuros cortantes.

Ví enfermos, ciegos y lisiados,
vi a muchos que morian mutilados,
otros desconsolados, pobres desorientados,
de quienes del camino habian salido.

Allí estaban los ricos y avariciosos,
de quienes la guerra habia hecho prisioneros,
bárbaros que dejaban hogares arrasados
quitando lo guardado de inocentes.

Con llanto, las mujeres lloraban por sus hijos,
muchos niños sin techo y desahuciados.
Un indigente, desfigurado y desforme,
desesperado penaba sin hallar su rumbo.

Vi salvajes criminales, traidores,
engordados por dinero de mal vivir.
que, negociando con el mundo
contaminaban presentes y destinos.

Vi los paisajes destruidos con desprecio,
de los bosques, asesinos de la naturaleza.
Me preguntaba - ¿De que servía la riqueza
si mas tarde alto seria el precio?

Con melancolía a mi pueblo vi gobernado,
por infieles, hipócritas y felones.
Vi hombres tan mezquinos y tan mediocres,
inexpresivos ante lo decretado.

Vi corruptos, timadores. Prostitutas
que entregaban su cuerpo por placer y dinero.
Vendian a su propia familia:
por par de monedas eran engañados.

Asustada por la crueldad de ese sueño
en esa pesadilla tan tenebrosa,
con la vista enfrente y muy nerviosa
una imagen fatal yo percebí.

Con mi voluntad sombría y fría
me encontraba entre esa gente.
súplicas comunes repetía,
acatando mandatos, obediente.

Había alli una fontana rebosante
de agua cristalina. En instante
gritando: No veo, no siento,
las manos al momento me lavé.

Afligida estaba en medio de la manada
a los ricos haciendose enriquecer,
preguntandome: si podría vencer cualquier engaño?
cuando supe que mi alma iba a crecer.

Mas dijo la voz en grave tono:
¡Qué ingrata. Qué egoista eres!
Si sintieras el sufrimiento de los demás,
temerosa, te ahogarias en el lodo.

-Ve allí el sufrimiento-
Comprenderias el profundo dolor,
Tú vida la darias por un momento
para que el destino te dejara sonreir.

¡Tonta criatura, que vienes al cielo sin arrepentimiento!
el cielo escupirá tu saliva.
Que el destino te aleje esa desdicha,
terminó... Entonces muchas cosas entendi...

Entendi que lo importante de la vida
no es tanto ni el dinero, ni la fama;
vale más la caricia de un "te quiero"
que miles de monedas mal vividas.

Esa extraña voz, acercandose
me revelaba un camino verdadero.
Le regaló a mi vida una razón
que en mi penar se encontraba olvidado.

A lo lejos una luz iluminaba;
pude ver otros seres que nacian distintos:
Perseveraban y vivian por instintos
y motivos de amor. La tierra era diferente.

Ví a un bebé sonriendo en cuna
y a una niña acompañandola en su alegria.
Los dos se deleitaban observando
los cielos, las estrellas y la luna.

Cuando vi aparecer desde la sombra
a una extraña mujer, inocente y hermosa.
Con una sonrisa de mágica ternura,
haciendo de la tierra un tapete fertil.

Una vida nueva en su vientre guardaba;
al verla, mi alma se llenaba con amor.
Sus ojos tenian un resplendor
que a los mios llenaban de esperanza.

Mi corazón latió muy fuerte:
fui dichosa al saber que ella era la voz.
Al darme cuenta, algo dentro de mi cambió
y ella era del cambio a la razón.

Agradecí haberme mostrado y enseñado
que en mi misma se hallaba mi destino.
Me mostraba con paciencia el camino
mientras comprendía que la vida es una lucha.

No anhelaba riqueza ni venganza,
pues llenaria mi alma de carencias.
Con mi espiritu inmune a los daños
un camino de esperanza me esperaba.

Se borraron de mi mente las visiones.
volvió solo la voz y me dijo ella:
Puedes irte, estas en libertad
y descendi suavemente.

Vi su rostro y su cuerpo esfumandose,
Tan solo su voz a lo lejos: -Algo has aprendido,
tus ojos descubrieron que tu espiritu se abrió.

Solo callaba, no supe que decir.
Pronto entendí quien era aquella mujer.


Pdta: En el titulo fui ayudada por mi amorcito Hugo ♥... gracias mi piojito ^.^
Tukita06 de noviembre de 2010

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